Los vecinos de los barrios con más casos están preocupados por el mal uso de las mascarillas
21 ago 2020 . Actualizado a las 05:00 h.Los barrios coruñeses de Agra do Orzán, Ventorrillo, Sagrada Familia y Os Mallos son las áreas con mayor incidencia del coronavirus en la ciudad. Así lo anunció el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijoo, el miércoles. Por eso, muchos vecinos, sobre todo los más mayores, reconocen estar preocupados.
En la frontera entre los barrios de O Ventorrillo y el Agra do Orzán reside Emilia Liste con un hijo de 30 años. Dice que tiene «miedo, porque ahora los que se contagian tienen entre 20 y 40 años». Por eso, Liste asegura que «ninguno de los dos sale de casa sin mascarilla e, incluso, él a veces sale con dos».
No obstante, esta vecina cuenta que «hay mucha gente sin mascarilla en la calle Barcelona». «Ahora lo que toca es tener paciencia y cumplir las medidas, porque estamos peor que en la primera ola de la pandemia», concluye.
María Esperanza asegura que en el Agra do Orzán «se ve a mucha gente con la mascarilla mal puesta, por debajo de la nariz». Cuenta que hace unos días se acercó a un señor que estaba fumando en la calle para decirle que no se podía. Sin embargo, la respuesta fue: «Yo siempre anduve en libertad y en libertad voy a seguir». Para evitar contagiarse, esta coruñesa siempre sale de casa con mascarilla, guantes y anda por la carretera.
Cerca de la estación de tren, Francisco Blanco cuenta que «aquí nadie cumplía las normas e iban sin mascarilla o la llevaban en la mano». «Solo han empezado a llevarla esta semana, pero había que haber sancionado antes porque solo vamos a peor», afirma. Blanco asegura que más de una vez se ha tenido que cambiar de acera en la calle para no coincidir con gente que estaba fumando. «Tengo precaución y miedo, porque este virus mata», concluye.
En la Sagrada Familia residen Mari Puri y Francisco, un matrimonio que sale «lo mínimo» a la calle por «miedo». Esa palabra -«miedo»- es la que más repite Francisco en la puerta de su casa. «Nosotros llevamos las medidas que hay que llevar, pero por ahí pasan sin mascarilla y van de un lado para otro», sostiene. Mari Puri se siente indignada porque «los del Gobierno no dan la cara y nadie nos hace caso».
En Enredos dulces y salados, un comercio de O Ventorrillo, trabaja Angelina Pérez. Lleva 32 años en la tienda. «Yo con quien más problemas tengo es con los clientes más mayores -reconoce-. Les digo que se pongan bien la mascarilla y ellos me responden que para lo que les queda... ¡Pero yo quiero vivir!». Pérez cuenta que ahora no permite el autoservicio. «Los clientes agradecen que sea estricta», dice.
