Buitres despistados, razón aquí

Toni silva OLEIROS / LA VOZ

A CORUÑA

MARCOS MÍGUEZ

La instalación de Santa Cruz acoge a numerosas rapaces heridas o fatigadas, que pierden la línea de costa en A Coruña

15 feb 2020 . Actualizado a las 15:26 h.

«Los buitres migran bordeando la costa hasta el estrecho de Gibraltar para pasar a África, pero muchas veces en el entorno de A Coruña se despistan. Cuando vuelven a tierra, no hay alimento para ellas, y desfallecen». Vicente Damil es el capataz del Centro de Recuperación de Fauna Silvestre ubicado en Santa Cruz (Oleiros). A él y a sus compañeros les ha tocado ir a buscar alguno de estos buitres, aparecidos sobre tejados de casas o fincas, y siempre muy debilitados por la falta de alimento además del gran trayecto acumulado. «Ahora mismo no tenemos ninguno, pero cuando en otoño llegue el primero sabemos que habrá más, es muy habitual, hemos tenido seis o siete a la vez», añade Damil.

Pese al ajetreo que dejan ver las pobladas jaulas, este experto asegura que el centro se encuentra en su época más tranquila. La curva de más actividad comenzará a subir con la llegada de la primavera: «Cuando la gente vuelva a salir al campo, a las excursiones, se multiplicarán las llamadas y los avisos comunicando el hallazgo de aves heridas». Posteriormente, en verano, muchas serán trasladadas aquí desde todos los puntos de la provincia por culpa de los golpes de calor.

MARCOS MÍGUEZ

De momento, hay unas cuantas rapaces con alas fracturadas, otras en fase de recuperación y algún cárabo, trasladado desde Ferrol víctima de un golpe. Se muestra asustado ante la cámara del fotógrafo Marcos Míguez. La presencia de humanos en la sala excita al resto de pájaros que generan un ensordecedor ruido cuando baten sus alas dentro de los habitáculos de metal.

 

MARCOS MÍGUEZ

Aves marinas

¿Y los temporales que han azotado recientemente la costa coruñesa? ¿Incrementan el número de aves damnificadas? «Tienen que darse varias condiciones a la vez, pero con las grandes borrascas acaban aquí muchas aves marinas, especies pelágicas que nunca se ven desde la costa», explica el capataz. Así, en esos casos acaban llegando frailecillos, araos, alcas... pájaros que no han podido superar las embestidas del viento en su trayecto migratorio.

MARCOS MÍGUEZ

Desgraciadamente, también abundan los casos de aves petroleadas. «La semana pasada, sin ir más lejos, recogimos una en la comarca de Barbanza, creemos que llevaba poco tiempo atrapada por el fuel porque se recuperó pronto, pero frustra mucho ver ese tipo de escenas», reconoce Damil, quien aclara uno de los tópicos que rodea el mundo de la avifauna. «Una vez que los recuperamos, no los soltamos así, al aire -dice riendo mientras lanza los brazos al viento-, buscamos lugares propicios para ello porque pueden sufrir algún incidente». Así, uno de los escenarios favoritos para devolver a los animales a la libertad es el entorno del faro de Mera, en una parte escalonada que les permite recuperar el ave en caso de que se tropiece. «A los frailecillos los soltamos en una playa», aclara.

De gorriones y cigüeñas

En los habitáculos de recuperación encontramos hasta un gorrión, una especie cuya población ha mermado sensiblemente, como un síntoma de la peor calidad de vida del planeta. Por contra, consta el incremento de cigüeñas, antaño casi exclusivas de las provincias del interior pero cada vez más frecuente en municipios coruñeses como Curtis o Melide. «Suponemos que no pasarán de ahí, las cigüeñas no asoman por la costa», concluye Damil.