El de Alberto se va al Orzán

A CORUÑA

Al frente de uno de los restaurantes más valorados de la ciudad, Alberto Prieto deja el local de Ángel Rebollo para instalarse a partir de mayo en un nuevo local de Comandante Fontantes

09 feb 2020 . Actualizado a las 13:27 h.

Es la noticia hostelera del año. Alberto Prieto deja Ángel Rebollo, donde lleva toda la vida, para iniciar nueva etapa en el Orzán. «Me voy con toda la pena del mundo», comenta con lágrimas en los ojos. Para primeros de mayo tiene pensado abrir su nuevo restaurante en Comandante Fontanes 1, esquina Cordelería. Un local de casi 200 metros con una enorme cristalera que en los últimos años fue el restaurante Comer y picar. «Vamos a llevar a cabo una reforma completa, pero la apuesta va a ser la misma, cocina tradicional adaptada a los nuevos tiempos», explica mientras me enseña varios presupuestos que maneja para las obras y unas imágenes que guarda en el móvil en las que se ve un avance aproximado de cómo será el luminoso nuevo restaurante. En 1983 comenzó en O Bebedeiro de la mano de su padre y hace una década puso en marcha unos metros más allá El de Alberto. Desde entonces ha estado casi siempre de primero en listas como Tripadvisor, donde tiene registradas más de 2.500 opiniones. Ahora es segundo, solo superado por los chicos de Terreo. Si hubiese clasificaciones en los tiempos de Paco Prieto, el padre de Alberto, sería el primero sin discusión. Ahora tiene 83 años, trabajó en el Mesón de la Cazuela y después se fue a Londres para seguir formándose en un elegante local donde almorzaban famosos. Con todo ese bagaje aterrizó en Ángel Rebollo y se hizo cargo de una bodega tradicional con un menú diferente. Me acuerdo de los scampis, los tomates, las berenjenas rellenas, la lasaña de filloa o el racatuli de verduras. ¡Cuántos recuerdos! A Paco habría que hacerle un homenaje. El nuevo local va a tener mucho del fundador, de Alberto, y también de Aitor Prieto, de 24 años, tercera generación y también cocinero. Se formó en el Culler de Pau y en el Zuberoa, entre otros grandes restaurantes, y algún día se incorporará al negocio familiar. «Ese es el motivo principal del cambio. Poner en marcha un restaurante fiel a los orígenes pero con futuro para mi hijo», destaca Alberto, que habla con pasión de lo que tiene entre manos. «Me encanta mi profesión. Me sigo poniendo nervioso los viernes y sábados con la idea de dar un buen servicio», dice mientras sale de la cocina Pablo Pizarro, ex del Bocanegra de Riego de Agua y presidente de Coruña Cociña, que hace unos días se incorporó al proyecto.