Tras años con un mantenimiento deficiente, el espacio recuperará su trazado original y su esplendor perdido
07 may 2020 . Actualizado a las 16:09 h.Cuatro o cinco turistas se paseaban sin prisa por la mañana por el jardín de San Carlos. Accedían saltando el barrizal, que no charco, que recibe al visitante justo a la entrada, y se paseaban entre los parterres contemplando sus calvas y sus hierbajos y los claros cada vez más amplios en los setos de boj.
Caminaban con cuidado, seguramente para evitar los charcos que allí proliferan, o tropezar con las arquetas de hormigón que sobresalen del nivel del suelo. En los bancos de madera, salpicados por allí donde cabían, no se veía un alma.
Ese jardín es el más antiguo de la ciudad, una zona creada en el siglo XVIII y gestionada por el Ayuntamiento desde 1865. Su promotor fue el brigadier Francisco Mazarredo y en el centro del parque se ubica la tumba de Sir John Moore, rodeada por las lanzas de forja de Juan de Ciórraga, en un estado que también deja mucho que desear.
El mayor cambio desde su apertura lo sufrió en los años 50 del siglo pasado, tras la apertura del Arquivo. La entrada desde ese inmueble se topaba de frente con uno de los ocho parterres que había y se decidió suprimirlo para crear una línea recta diáfana desde la calle San Carlos hasta la tumba del militar inglés. Y así quedó desde entonces.
La situación actual cambiará bastante cuando se ejecute el proyecto de reforma, ya aprobado, para actuar en ese espacio. Son casi 400.000 euros que permitirán, entre otras cosas, devolver a ese espacio, de 3.900 metros cuadrados, su configuración original: volverá a haber ocho parterres y no los siete actuales.
En San Carlos está la única olmeda protegida de Galicia y se tratará con especial cuidado esos olmos para devolverles su vitalidad. Los setos de boj serán sustituidos, por otros de la misma especie o de tejo, si la plaga que afecta al boj no remite.
Los bancos actuales serán retirados y se pondrán otros más acordes con la categoría de ese espacio aprovechando los muretes existentes. También se restaurarán las lanzas de Ciórraga, que recuperarán su color original. Cada uno de los parterres contará con especies de distinta procedencia y a todas ellas se les pondrá, como en un jardín botánico, la correspondiente cartela para que sean reconocidas. Además, por el parque paseará la estatua de bronce de Mazarredo con la que se honrará su figura. San Carlos recuperará su esplendor, con Azcárraga todavía en lista de espera.
«La idea es recuperar su esencia y generar un punto de biodiversidad»
El autor del proyecto para San Carlos es el arquitecto del paisaje e ingeniero agrónomo Pedro Calaza, el mismo que en la ciudad ya firmó el parque del monte de San Pedro. «San Carlos requiere una revalorización integral», dice. En su proyecto consta el mal estado de conservación en que se encuentra: «El paso del tiempo y la falta de inversión años atrás han provocado que en la actualidad su estado no sea el idóneo y que requiera una serie de actuaciones», dice el texto.
«La idea es recuperar la esencia del jardín y generar un punto de biodiversidad», cuenta el autor. Se contemplaba reponer también las puertas originales, pero se han quedado fuera, por ahora, del presupuesto. «Es uno de mis proyectos más bonitos, para mí es un caramelo», cuenta Calaza, que además vive cerca de San Carlos y habla con entusiasmo de ese lugar, en el que también habrá nueva señalética y códigos QR.