Cali enseña a coser puñaladas

R. Domínguez A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA

Un cirujano colombiano adiestra en el Chuac a profesionales de toda España que acuden al curso sobre politraumatizados

31 may 2019 . Actualizado a las 08:22 h.

No es el primero, pero esta vez podrán aprender de los que más saben. El Centro Tecnolóxico de Formación del Chuac celebra desde este jueves una nueva edición del curso más prestigioso de cirugía, avalado por la ISS (la Sociedad Internacional de Ciujanos), dirigido a que profesionales de toda España se entrenen en la asistencia a pacientes politraumatizados, es decir, con múltiples lesiones de riesgo vital.

Muchas son las formas en que semejante daño puede producirse, pero para tratar de ordenar las clases han decidido dividir este programa acelerado y práctico en dos: tratamiento quirúrgico de traumatismos penetrantes y no penetrantes. 

Cirugía «de guerra»

En estos últimos se pueden incluir accidentes laborales, de tráfico o lo que los médicos llaman precipitados, personas que caen desde altura. En el primer grupo, el de lesiones penetrantes, entran los navajazos y también los tiros. «Es casi cirugía de guerra», explica Ignacio Rey Simó, cirujano del Chuac y director del curso. Pues bien, para aprender a tratarlas tendrán la experiencia como maestra, de la mano de un experto de uno de los países con mayor índice de violencia: Colombia. Luis Fernando Pino, cirujano general y de trauma de la Fundación Valle del Lili, en Cali, les mostrará algo desacostumbrado en los hospitales gallegos -apenas el 10 % de todas las emergencias son por acciones violentas- pero bastante común en el país del profesor invitado. «En una sola guardia pueden ver cinco tiroteados», apunta Simó.

Junto a Pino habrá otros siete instructores nacionales que se encargarán de tutorizar y enseñar a un grupo seleccionado de alumnos, 24, también de distintos puntos de España. Lo harán no solo teóricamente, sino con múltiples casos clínicos y simulando en modelos animales cómo reaccionar y qué hacer «ante todo tipo de heridas, abdominales, cardíacas, en las extremidades, en el cuello...», explica el director. La destreza que se adquiere con un programa tan cercano a la realidad explica que el curso, que solo se imparte en cinco centros del país ya que necesita la acreditación de la ISS, con sede en Zúrich, tenga una lista de espera de hasta dos años, pese al elevado coste que asumen los médicos-alumnos. Desde el 2011, cuando el Chuac se convirtió en sede de este programa, han superado el entrenamiento más de 200 especialistas.

El tirón que tiene este curso se entiende al tener en cuenta que «en el MIR no hay formación específica en politrauma, se adquiere en las guardias, pero aquí, por suerte, no es muy frecuente encontrarte con pacientes de este tipo», apunta Rey Simó. De ahí el recurso de acudir a instructores de Sudamérica, Estados Unidos... que sí están acostumbrados a tratar estos casos. La actividad cotidiana sí les aporta experiencia en accidentes de tráfico, laborales y también en precipitados, que «están aumentando», asegura. Pero no así en agresiones con armas. «Aunque la violencia aquí es poco frecuente, hay que estar preparado -concluye- porque en muy poco tiempo tienes que tomar muchas decisiones; el entrenamientos es fundamental».