Gari: «Llevo tanto titanio en el cuerpo que voy camino de convertirme en superhéroe»

A CORUÑA

MARCOS MIGUEZ

El monologuista José Antonio Garrido sufre una enfermedad a la que se enfrenta con humor

08 ene 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Llega un poco tarde a nuestra cita. Lo hace apoyado en unas muletas. «Tengo un nuevo espectáculo escrito que va sobre la velocidad. Pronto iré con una muleta sola y ya estaré listo para volver con los monólogos. Me acaban de cambiar una prótesis de cadera. Pedí que me operase al médico que intervino al rey, pero no me lo trajeron», apunta con su característico humor serio José Antonio Garrido Serantes, al que todos llaman Gari, excepto sus familiares, para los que es Toni. «Viene de los tiempos escolares. Una compañera procedente de Inglaterra en vez de Garri, por mi apellido, decía Gari. Lo adopté como nombre artístico con i latina, aunque en los carteles lo suelen poner con i griega porque les debe parecer más internacional», relata este coruñés de la Sagrada Familia de entre 47 y 48 años, y casi mil actuaciones sobre su maltrecha espalda. Cuando era un niño de 6 años empezaron los problemas físicos y un calvario vital. «Me costaba moverme. Iba antes al aula para que no me arrollaran. Era poco hablador», recuerda. Estuvo bastante tiempo diagnosticado de forma errónea hasta que «el doctor Fausto Galdo nos empezó a hablar de la espondiloartritis. Entonces las cosas empezaron a mejorar», se sincera. Charlamos en la acogedora cafetería Arpa de la escalinata de Santa Lucía. Dice que perdió la cuenta de las operaciones a las que se sometió. «Siete u ocho. Llevo tanto titanio en el cuerpo que voy camino de convertirme en superhéroe», apunta. Y añade: «Después de países como Australia o China soy de los mayores productores de titanio», comenta dando muestras de su capacidad para hacer reír.

  

Ingemar Stenmark

Me río mucho cuando habla de los esquiadores Alberto Tomba o Ingemar Stenmark. «Vi tanta tele de pequeño por culpa de la enfermedad que Tomba era como de la familia», asegura Gari, gran aficionado al deporte. «Fui entrenador en la Liga de Peñas. Me hubiese encantado jugar al fútbol». El tema de sus problemas de salud ocupa buena parte de nuestra charla, aunque no es algo que utilice en sus monólogos. «Hombre, estuve tantas veces en hospitales que hice un texto sobre eso, pero no suelo aludir a mi estado. En cualquier caso en el último espectáculo de mi carrera hablaré de mi discapacidad», anuncia este coruñés que también reclama espacio a los guionistas. «Yo soy actor, empecé en el teatro. En la comedia no importan tanto tus condiciones físicas, pero en el audiovisual sí. En los guiones de la ficción española se debería incluir la discapacidad como hacen en las producciones americanas. Creo que sería bueno para los actores y para ellos, porque un 15 % de la población tiene alguna discapacidad», reflexiona dando un sorbo al Aquarius de limón.

Todos chalados

Empezó Filología Hispánica, pero decidió cambiar a algo «con más salidas». «Hice Relaciones Laborales. Trabajé unos años en Gallup, un empresa de estudios de mercado, pero lo dejé por los monólogos», recuerda. «Me inspira cualquier cosa. Soy observador. Trabajo con pensamientos míos que son universales y parto de la base de que todos estamos chalados». Dice que en el año que acaba de empezar va a apostar más por los auditorios que por los bares. «No estoy para los tutes en coche. Además, si tienes que pedir al público que se calle yo paro el espectáculo. Si no les gusta, que me silben al final», analiza Gari, que reconoce que «cuando me veo al espejo tengo cara de persona agobiada. Con confianza soy más extrovertido de lo que parezco al principio». Está soltero y no tiene hijos. «Que yo sepa. No he tenido suerte en el amor y a mis años ya me da pereza», comenta este hombre al que una chica le rompió el húmero echando un pulso. «El médico no se lo creía». Hablamos de su querido amigo Oswaldo Digón, con el que espera estar pronto sobre el escenario. Lo acompaño hasta donde tiene aparcado el coche. Camino a su ritmo. «No tengo dolor y no tomo mucha medicación, solo un poco de cortisona. Si superas los momentos bajos, que los tienes, sales adelante sin problema».