Peregrinación al templo de los Seivane

Toni Silva CAMBRE / LA VOZ

A CORUÑA

CESAR QUIAN

El conselleiro de Industria visitó el popular obradoiro de Cambre, «unha referencia polo seu talento e innovación»

30 dic 2014 . Actualizado a las 05:00 h.

No están los tiempos para que un conselleiro de Industria disfrute de sus visitas a los centros de trabajo. Para Francisco Conde, responsable del ramo en el Gobierno autonómico, el año que está a punto de concluir será el de las incógnitas de la fábrica de armas, el del ERE de Sargadelos o el del agónico suspiro de Alcoa. Por eso ayer disfrutó de su visita a Cambre. Tocaba su particular homenaje a la saga Seivane, tres generaciones de fabricantes de gaitas mundialmente conocidos, y cruzó el umbral de aquel templo de música con una frase que no se le había oído en lugares más polémicos: «Veño con todo o tempo do mundo». E inició así una visita que se prolongó por cerca de una hora y en la que, de la mano de Álvaro Seivane, conoció los métodos y secretos de una empresa familiar que se ha hecho merecedora, entre otros galardones, del Premio Nacional de Artesanía y la Medalla Castelao.

Francisco Conde conoció de la nostalgia de los Seivane por sus raíces de Ribeira de Piquín, donde un busto homenajea al patriarca de la saga, Xosé Manuel Seivane Rivas, de cuyo fallecimiento pronto se cumplirán tres años. El conselleiro recorrió las dependencias del taller, donde descubrió un buxo de más de tres siglos, conoció los numerosos tipos de gaitas que allí se construyen, e incluso descubrió que este no es un instrumento para nacer a contrarreloj. «Poderiamos empezar a elaborar unha gaita pola mañá e facela sonar xa pola noite, pero as pezas teñen que asentar, as cousas teñen o seu tempo», le explicó Álvaro Seivane. Quien sí parece ir con prisas es su pequeño nieto Brais. Sin atisbo de timidez, se arrancó ante el conselleiro con la interpretación de una pieza para demostrar que las gaitas (y los gaiteiros) Seivane son las mejores del mundo.

«Son unha referencia en innovación, talento e visión internacional», señaló Conde en su despedida. «Pensabamos que os conselleiros só visitaban fábricas de miles de traballadores, nunca un taller coma o noso, por iso lle agradecemos a visita», confesó Álvaro.