El PSOE promete no llevar imputados

Xosé Vázquez Gago
xosé gago A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA

Garmendia y Barcón consiguieron llenar la Casa del Pueblo en el primer debate de las primarias.
Garmendia y Barcón consiguieron llenar la Casa del Pueblo en el primer debate de las primarias. eduardo pérez< / span>

Más de cien militantes asistieron al debate entre Barcón y Garmendia

25 nov 2014 . Actualizado a las 05:00 h.

No habrá imputados en la lista del PSOE a las municipales. Mar Barcón y Ángel Garmendia, los dos posibles candidatos socialistas a la alcaldía, coincidieron en eso y mucho más en el debate celebrado en una Casa del Pueblo atestada. El duelo fue presenciado por más de cien militantes, incluyendo al exalcalde Javier Losada y al expresidente de la Xunta Fernando González Laxe. La expectación era lógica, no se recuerda un duelo entre dos precandidatos de un partido en la política coruñesa. Pero el formato elegido para disputarlo, con intervenciones cronometradas, imposibilidad de preguntar o interrumpir al contrario, lo convirtió en un muermo similar a los debates de las generales y municipales de las que se copió el modelo; aunque tocado por una cierta esquizofrenia, inevitable cuando militantes de un mismo partido hablan de él y tratan de hacerse oposición el uno al otro. Puro PSOE del siglo XXI.

El formato no favorecía a Garmendia, que partía en desventaja en las primarias tras obtener la mitad de los avales que su rival. Tenía que ir al cuerpo a cuerpo y lo buscó desde su primera intervención, que cerró con todo un ejercicio de demolición: «El PP quiere que Mar Barcón gane las primarias». Luego recordó los problemas de Someso, Fábrica de Tabacos, el Conde de Fenosa, las superficies comerciales? y remató preguntándose «¿quién puede querer a una candidata que tiene una catarata propuestas que no cumplió cuando estaba en el gobierno?»

Sin entrar al trapo

Barcón no entró al trapo. Afirmó y reafirmó que está «orgullosa» de la gestión de sus predecesores y defendió su «proyecto renovado pero con capacidad gestión y experiencia». También tiró de feminismo, aunque olvidó que la última concejala del PSOE no es Yoya Neira, como dijo, sino Gloria del Valle, del grupo crítico.

El esquema se repitió una y otra vez. Garmendia recordó los errores cometidos y Barcón evitó contestarle y ensalzó el pasado. Pareció que olvidaba a Francisco Vázquez, al que citó de último en su listado de motivos de orgullo. Los dos elogiaron al exalcalde, con algunos peros. Garmendia dijo estar orgulloso de él, pero subrayó que «estamos en el siglo XXI, no podemos vivir del recuerdo ni mirar seguido al retrovisor». Barcón elogió «la transformación de la ciudad que hizo Paco y la revolución social de Javier Losada», pero añadió que «en 21 años tiene que haber equivocaciones».

El aspirante volvió a la carga y conectó un directo en el debate de economía. Barcón defendió su plan de microcréditos municipales y Garmendia le espetó «no creemos en los microcréditos. ¿Si no pueden devolverlo vamos a embargarles? Nosotros no hacemos negocio con los ciudadanos».

Claro que Garmendia también incurrió en contradicciones, dio por «agotada la ciudad de los servicios», para luego defender la apuesta por el turismo. En sus críticas al pasado criticó que el PSOE no hubiese podido acabar con el chabolismo o que no todos los campamentos admitiesen niños con discapacidad. Con eso puso en problemas a Barcón, que fue edila de Servicios Sociales y a una de sus mujeres de confianza, Silvia Longueira; pero las críticas también serían aplicables a la exedila Marián Ferreiro, una de sus valedoras. También criticó la externalización de servicios, y prometió remunicipalizar la ORA, como Esquerda Unida; y una renta básica viable «no como la de Podemos». Cerró el debate en plan mitin, con una seguridad sorprendente en un primerizo, enfrente Barcón hizo un debate centrado, sin comprar recetas de formaciones más a la izquierda. Prometió experiencia y la dio, evitando entrar en el cuerpo a cuerpo que su rival necesita para recortar distancias.