Con motivo del Día Mundial del Comercio Justo, la plaza de Pontevedra acogió ayer la Feria de Economía Social
12 may 2013 . Actualizado a las 07:01 h.La plaza de Pontevedra dio ayer una lección de economía alternativa. Ese fue el objetivo que se marcó la Feria de Economía Social, que en el marco del Día Mundial del Comercio Justo aglutinó a un total de 26 puestos al servicio de esa filosofía.
Desde las 11 hasta las 21 horas, la feria logró crear un mercado donde todo tuvo cabida. Los productos alimenticios ecológicos se alternaban con cocinas solares, libros o una red de trueque que recordó tiempos pasados. Y es que cada uno de los tenderetes albergaba un proyecto, e incluso organizaron charlas informativas para darlos a conocer. Este es el caso de un puesto dedicado al reciclaje de aceite, o el de otro que promulgaba lo que dieron en llamar saca de favores. «Una persona entra, pide lo que necesita, como por ejemplo clases de inglés, y un miembro de la saca se las imparte. Entonces esa persona le da a la que le ayudó un por favor, y si otra persona le pide algo a ella tiene que ayudar. Todo queda registrado en una lista que está colgada en la Red», apuntaba Lucía para los interesados en saber cómo funciona la cadena solidaria.
«Quitapesares»
Los quitapesares fueron otro producto original. Se trata de unas pequeñas almohadillas, junto a las cuales podía leerse lo siguiente: «Cóntalle cada problema e pono debaixo da túa almofada. Mentres dormes, ¡elas levaranse todas as túas preocupacións!». La agricultura ecológica fue otro punto fuerte, con varios puestos que vendían chorizos y patés de porco celta, flan, huevos y hasta empanada. Intermón contó con su propio espacio, aunque también lo tuvieron proyectos menos conocidos.
Llamó la atención de los viandantes el de Velo aí vai, que cuenta con un servicio de mensajería y reparto en bicicleta en la ciudad. Fran García comentaba a los curiosos que «en bici se puede circular por muchas más carreteras y caminos. Es realmente un servicio serio, más eficaz, más económico y más ecológico que el reparto en automóvil». Todo un soplo de aire fresco para el sector comercial.