El «ingeniero soñador de La Coruña»

Gabriel Lemos A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA

GUSTAVO RIVAS

Los exalcaldes Vázquez y Losada coinciden en el homenaje a Enrique Mitchell

19 ene 2013 . Actualizado a las 07:04 h.

A Enrique Mitchell, ingeniero municipal, le han tenido que jubilar a la fuerza, porque se resistía a dejar atrás sus más de 40 años de trayectoria profesional. «Pedí una prórroga a los 65 años para poder seguir hasta ahora, pero a los 70 ya no te dan opción», explicaba ayer antes del inicio del acto de homenaje que le organizaron sus compañeros del consistorio en el restaurante Mirador de San Pedro.

«Cuando empecé en el Ayuntamiento tenía que llevar el boli de casa, pero ahora está todo lleno de ordenadores», reflexionaba ayer Mitchell, que también recordó que cuando entró era el único ingeniero en plantilla, «por lo que hasta valía para cambiar un cristal, mi vida ha sido muy variada». Lo que le cuesta más es decidir cuál ha sido la obra que más le ha marcado en su carrera: «Hice el último tramo de la ronda de Outeiro, abrí la calle Cabo Santiago Gómez, estuve presente en el paseo marítimo, en el parque de Eirís, en el de Oza... Aunque sean iniciativas políticas, son obras trascendentes en las que he podido participar».

El afecto que se ha ganado a lo largo de su vida profesional, que compaginó con su labor como miembro fundador de Amigos de La Coruña, se lo demostraron ayer las cerca de 200 personas que participaron en el homenaje, una asistencia que desbordó sus previsiones: «No hay duda de que para mí ha sido un poco inesperado, pensé que vendrían solo los compañeros de la oficina». Funcionarios había, y muchos, pero el homenaje de Mitchell consiguió también sentar en la misma mesa a los exalcaldes Vázquez y Losada, distanciados en los últimos años, y al también exregidor Liaño Flores. Junto a ellos, concejales de anteriores gobiernos, como Carlos González Garcés, Florencio Cardador, Esteban Lareo, Pilar Valiño o Victoria Abad y algunos que se mantienen en la actual corporación, tanto en la oposición -José Nogueira y Mar Barcón- como en el gobierno, representado por el concejal de Infraestructuras, Martín Fernández Prado. Tampoco faltaron representantes de la sociedad civil, como algún presidente vecinal.

En el turno de los discursos, tomaron la palabra el presidente de la comisión organizadora del homenaje, Alejandro Herrero, y los exalcaldes de la ciudad, que glosaron la figura de Mitchell y le agradecieron que ejecutara las obras que ellos ideaban.

El primero en intervenir fue Liaño Flores, que recordó que en alguna ocasión tuvo sus más y sus menos con el ingeniero municipal, como cuando este se propuso talar unos árboles para construir la plaza del Libro y recordaba cómo los niños de la zona se subían a ellos para escapar del colegio.

Francisco Vázquez, por su parte, explicó el paralelismo en su trayectoria vital, ya que ambos son exalumnos de los Maristas y los dos acabaron casados con dos exalumnas de las Esclavas. Javier Losada, por su parte, recordaba que no fue en el Ayuntamiento el único sitio en el que se cruzaron sus caminos, ya que por dos ocasiones tuvo que anestesiar a Mitchell antes de sendas operaciones.

Al acabar, le hicieron entrega del regalo, una placa en la que se leía: «Enrique Mitchell, soñador de La Coruña».