Una centenaria y 5 generaciones

Pablo Portabales
Pablo Portabales PABLO.PORTABALES@RADIOVOZ.COM

A CORUÑA

12 nov 2010 . Actualizado a las 04:02 h.

Ramona Cajigal Pazos

, vecina de Oleiros, nació en Lorbé el 11 de noviembre del 1910. Ayer cumplió 100 años. Para celebrarlo la familia organizó para este domingo una comida en el restaurante Royal Palace, de la carretera N-VI, aunque la fiesta, me cuentan, se ha visto empañada en gran medida por el fallecimiento de una de sus nueras. A lo que iba. Si ya es difícil llegar al siglo de vida, más complicado parece todavía poder hacerlo rodeada de hijos, nietos, bisnietos y hasta de tataranietos. Bueno, en realidad solo hay una tataranieta, la pequeña que aparece en la fotografía. La historia de esta centenaria conecta Galicia con Venezuela. Ramona se casó con Manuel Sánchez González y el matrimonio tuvo nueve hijos, de los que en la actualidad viven ocho: Álida, Mercedes, Moncho, Manola, Marisa, Tona, Manolo y José Antonio ( Necho ). A comienzos de los años cincuenta Malencho , como se le conocía entre el vecindario de Mera, emigró a tierras venezolanas y posteriormente se fue llevando al resto de la familia a Caracas. De los 38 nietos de Ramona, tan solo dos nacieron en A Coruña. En los setenta comenzó el retorno escalonado a España de la familia y ahora casi todos están aquí, aunque una bisnieta y su hija, la única tataranieta, viven muy lejos, concretamente en la Patagonia argentina. Ahí tienen a esta centenaria con una hija, una nieta, una bisnieta (tiene 32) y su tataranieta celebrando su siglo de vida.

Antes era un molino de piedra; ahora lleva el nombre de Magnolia Concept. Antes olía a bollas recién hechas, a pan fresco, a leña ardiendo, a brasas encendidas. Ahora desprende aroma de flores. Silvia Vázquez Cardelle , que además es la joven portavoz del Partido Popular de Bergondo, acaba de abrir una floristería en la travesía de San Isidro, enfrente de la parrillada del mismo nombre, en un local que fue horno de pan. «Está dividida en dos partes, una que ocupa la tienda y un taller de elaboración y otra muy especial destinada a las novias en donde les ofrecemos atención personalizada», destaca Silvia. De la calle Real a la guardería. Durante esta temporada otoñal, los colegios, institutos y escuelas infantiles celebran fiestas y magostos. Ahí tienen la entrañable imagen de un grupo de pequeños de la escuela de la obra social de Caixa Galicia en Zalaeta estableciendo su primer contacto con las castañas. El encargado de elaborarlas fue uno de los castañeros de siempre de la calle Real, que se trasladó con su carrito al centro escolar para alborozo de los pequeños. Durante la fiesta también actuó un grupo de músicos veteranos con sus gaitas y tambores. Una fiesta que tuvo lugar dentro de unos días que, como el de ayer cuando se celebraba la fiesta de San Martín, evocan las celebraciones otoñales más tradicionales.

Y si empezaba con la historia de una mujer centenaria, para terminar les cuento que una institución también centenaria, la Real Academia Galega, ha empezado a mostrar al público sus pequeños y grandes tesoros, la mayor parte de ellos auténticas joyas literarias a las que hasta el momento solo tenían acceso los estudiosos y los investigadores. Se trata de primeras ediciones de libros que tienen más de un siglo de antigüedad, manuscritos de destacados autores de la cultura gallega como Eduardo Pondal , Manuel Murguía , Rosalía de Castro y una larga lista de autores. Hasta hace unos meses, la RAG tenía un grave problema con estos libros puesto que el tejado del edificio que ocupa, el número 11 de la calle Tabernas, tenía goteras que caían sobre el lugar en el que se encontraban. Tras una serie de gestiones por parte de la junta directiva que preside José Luis Méndez Ferrín, la Xunta de Galicia llevó a cabo la reparación de dicha techumbre, además de acondicionar uno de los sótanos de la que en su día fue la casa de Emilia Pardo Bazán. Esta semana tuvo lugar la primera de las visitas guiadas a los fondos de la biblioteca de la RAG, con un guía de excepción: el secretario de la Academia, Xosé Luis Axeitos, que explicó la importancia de algunos de los miles de volúmenes que guarda en su biblioteca.