El Museo Nacional de Ciencia y Tecnología terminó la instalación en su nueva sede de la cabina del Boeing 747, su pieza más voluminosa, con 14 metros de altura
24 nov 2009 . Actualizado a las 10:35 h.Pilotar un Boeing 747, sin salir del barrio de Labañou, será uno de los principales atractivos del nuevo Museo Nacional de Ciencia y Tecnología, aunque para ello será necesario esperar hasta la primavera del año 2011, según las previsiones del director del centro, Ramón Núñez Centella. Y no será un 747 cualquiera, sino el que, con el nombre de Lope de Vega, tuvo en uno de sus aproximadamente 12.000 vuelos un pasajero muy especial: el cuadro Guernica, de Picasso, volviendo a España. El nuevo museo de la ciudad tiene también, de esta forma, vinculación con el pintor que en su día plasmó en sus obras los lugares que décadas más tarde serían ocupados por los actuales Museos Científicos Coruñeses.
Las distintas piezas de la cabina del Boeing 747 Lope de Vega llegaron el pasado verano a la nueva sede del Muncyt, en Labañou, tras un lento y laborioso viaje desde Madrid, puesto que fue necesario trasladarlas en un convoy especial que, dado su volumen, no pudo pasar por el túnel del Guadarrama; el peso de cada uno de los elementos oscilaba entre los 500 y 600 kilos.
Y en los últimos meses cada una de las piezas ha sido instalada en el que será su emplazamiento definitivo. La esmerada tarea del montaje de cada parte de la cabina está concluida y ahora comenzará la instalación de los elementos que complementarán la que será, con sus 14 metros de alto y diez de largo, la pieza más voluminosa del nuevo espacio museístico. De hecho, según explicó Núñez Centella: «No hay en España nada parecido en ningún museo». Claro que le sale también la veta científica al afirmar que durante los más de veinte años de vida este avión había recorrido unos 72.000 kilómetros, «la mitad de la distancia de la tierra a la luna».
La visita al Lope de Vega se hará a través de tres pisos, accediendo al interior del mismo por la primera planta del nuevo museo. Uno de los principales atractivos será sentarse en la cabina del piloto y ver el funcionamiento interior de este avión, un modelo que ha marcado toda una época en el mundo de la aeronáutica y cuya historia será explicada a los visitantes. De hecho, Ramón Núñez justifica la compra de esta cabina que, junto con el resto del aparato iba camino del desguace, afirmando que se trata de «uno de los aviones más emblemáticos, el avión de pasajeros más grande, el que más vuelos hizo y en el que ha viajado más gente; es un símbolo para los españoles de hoy en día».
Dentro de la misma nave serán instaladas una veintena de butacas desde las que se podrán seguir la proyección de un documental, de corta duración, dedicado al traslado del Guernica a España, un viaje llevado a cabo en medio de unas espectaculares medidas de seguridad.
Dichas butacas serán ubicadas en el lugar ocupado por los pasajeros y desde esa zona los visitantes ascenderán hasta la cabina del piloto donde también podrán ver las cajas negras que llevaban estos aviones, el radar empleado para la navegación o una de las turbinas, entre otros elementos. Ahí podrán experimentar algunas de las sensaciones de pilotar un avión con capacidad para trasladar a unos 400 viajeros.