El cementerio moro de la Torre, curioso ejemplo de la hermandad hispano-árabe

La Voz

A CORUÑA

XOSÉ CASTRO

CARLOS FERNÁNDEZ HISTORIAS DE A CORUÑA El recinto se construyó a finales de los años treinta entre Adormideras y Punta Herminia Ahora que se ha puesto de actualidad el Islam y todo lo que rodea el mundo árabe, bueno será recordar que en A Coruña desde finales de los años 30 ha existido un cementerio moro donde fueron enterrados algunos soldados que combatieron con el Ejército nacional en la Guerra Civil. Su estado ha sido generalmente de abandono, con el único lapsus de la estancia en la Capitanía General de la VIII Región del general Mohamed Ben Mizzian, el moro más ilustre que tuvo mando en la guarnición coruñesa.

20 oct 2001 . Actualizado a las 07:00 h.

Durante la Guerra Civil española combatieron con el Ejército de Franco numerosas fuerzas moras, procedentes del Protectorado del Norte de Marruecos. Muchos de sus componentes murieron en el frente o en los hospitales de la retaguardia, por lo que tuvieron que habilitarse lugares donde fuesen enterrados con un mínimo de decoro. El entonces capitán general de Galicia Antonio Aranda y su sucesor Luis Lombarte terminaron de construir un modesto recinto, entre Adormideras y Punta Herminia. Arco y cúpula A la orilla del mar, lo único que destacaba era el arco de su entrada y una pequeña cúpula ubicada en una de las orillas del recinto, aparte unos pequeños adornos a lo largo de la muralla. Aranda, conocido como «el defensor de Oviedo», hecho por el que recibió la cruz laureada de San Fernando, había dicho en un discurso: «Los mejores soldados del mundo son los españoles (los nacionales) y después nuestros hermanos árabes que se aprestaron desde el primer momento a combatir en la heroica Cruzada contra el comunismo». En realidad, era una cruzada extrañísima donde los moros luchaban con los nacionales (si el Cid levantase la cabeza...). Otros enterramientos Una vez terminado el cementerio, fueron efectuados varios enterramientos, especialmente de algunos moros que convalecían de sus heridas de guerra en el antiguo hospital militar de la Ciudad Vieja (varios historiadores locales dudan de que se hubiese enterrado algún moro en el lugar). Otros militares muertos, como los soldados ingleses, o los de la Alemania hitleriana, fueron enterrados en los dos cementerios anexos al camposanto católico de San Amaro. La Guerra Civil terminó, el tiempo comenzó a correr y el cementerio moro acabó siendo un estercolero.