La Compañía de María y el Valle Inclán se suman a una plataforma nacional para fomentar la igualdad en la ciencia
12 feb 2019 . Actualizado a las 05:00 h.Inventos tan revolucionarios como los pañales, el limpiaparabrisas o el material del que están hechos los chalecos antibalas llevan sello femenino (en concreto, el de Marion Donovan, Mary Anderson y Stephanie Kwolek). Y también a una mujer, Rosalind Franklin, se debe en gran parte el descubrimiento de la estructura del ADN, aunque nadie se acordó de ella cuando años más tarde, tras su muerte, tres colegas de investigación -los tres hombres-se llevaron todo el mérito al recibir el Nobel de Fisiología y Medicina por aquel hallazgo científico sin precedentes.
La muchas veces silenciada labor de estas y otras muchas mujeres científicas -algunas de ellas, ferrolanas- acaparó ayer el protagonismo en los colegios Compañía de María y Valle Inclán, con motivo de la conmemoración del 11 de febrero, Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia. Tras presentar sendos proyectos, estos dos centros ferrolanos fueron seleccionados este año, junto a otros muchos colegios e institutos de España, para formar parte de la plataforma 11 de Febrero, un colectivo integrado por investigadores y docentes -hombres y mujeres- que luchan por romper la brecha de género en el ámbito científico. Y gracias a su inclusión en el «mapa de centros» de esa plataforma, tanto en el Valle Inclán como en la Compañía de María se pudo vivir ayer un 11 de febrero de una forma muy intensa, con charlas a cargo de científicas, exposiciones, experimentos y otras actividades que, en algunos casos, tendrán continuidad a lo largo de esta semana.
En el Valle Inclán, por ejemplo, los estudiantes pudieron escuchar a una ex alumna, María Isabel Rial Hermida, que hoy trabaja como investigadora en el departamento de Farmacología de la Universidad de Santiago de Compostela. «A los niños les expliqué que sí, que la brecha de género sigue existiendo en la ciencia, pero también que, por fortuna, esta situación está cambiando», apuntaba Rial tras visitar su antiguo colegio, donde habló a los chavales de su trabajo y los dejó boquiabiertos con un experimento en el que les mostró cómo hinchar un globo con el CO2 obtenido de la mezcla de vinagre y bicarbonato.
Mientras, en la Compañía de María, los estudiantes de secundaria también pudieron escuchar a otras dos científicas ferrolanas: María García Garrote, una neurobióloga dedicada a la investigación del Parkinson, y Luz Castro, informática y profesora del máster de videojuegos de la Universidade da Coruña (UDC).
«Hubo algo que me llamó mucho la atención y es que cuando Garrote les preguntó a cuántos les gustaría dedicarse a la ciencia en el futuro, hubo un montón de niños que levantaron la mano, pero, entre las niñas, solo lo hicieron tres. ¿Por qué? Pues porque seguramente en casa a ellas no se las anima tanto como a ellos a estudiar ciencias y los estereotipos siguen pesando demasiado», comenta Ángel Fernández Romero, director de la Compañía y responsable del Club de Ciencias del centro.
Además, los niños de Infantil participaron en un juego para conocer a mujeres inventoras, mientras que los de Primaria elaboraron trabajos en grupos sobre científicas destacadas, y hoy mismo participarán en un juego de rol para descubrir más cosas sobre su trabajo. Y por si eso fuera poco, la Compañía acoge estos días una exposición sobre mujeres científicas, abierta a todo el mundo, que ha recalado en el colegio de la mano de la Oficina de Igualdade de Xénero de la UDC y de la Asociación Española de Mujeres Investigadoras y Tecnólogas (AMIT).