«Si tengo cualquier compuesto químico para analizar, reacciona con mi producto, se forma un complejo que hace variar esa intensidad o emisión y lo detectamos. Puede ser en células, sangre, agua... Los podemos utilizar a nivel líquido o sólido. Si los queremos soportar o diluir en polímeros o en papel podemos hacer etiquetas inteligentes», dice Lodeiro.
Pescado
Son compuestos con un color determinado a una temperatura ambiente que cambia cuando esta varía. Un ejemplo, si le ponemos una etiqueta inteligente al pescado recién congelado, marcará el color azul, indicando que está a la temperatura idónea. Si ese pescado lo ponemos a temperatura ambiente, la etiqueta variará al rojo y si el vendedor quiere volver a congelar ese pescado, la etiqueta ya no cambiará a azul; estará señalando que se ha roto la cadena de frío y la calidad no es la misma. Lo mismo ocurre con medicamentos.