Fraude científico

CIENCIA

02 ene 2006 . Actualizado a las 06:00 h.

EL CONFLICTO de intereses en investigación se aplica a esas situaciones en las que el juicio profesional sobre la validez de la investigación puede estar influido por un interés secundario, típicamente el beneficio económico pero también un posicionamiento ideológico u otros intereses personales o profesionales (el prestigio, sobre todo). El interés secundario no tiene por qué ser ilegítimo e incluso puede ser deseable; lo que se cuestiona es su peso relativo respecto al interés primordial. La existencia de sesgo de publicación en la investigación clínica es bien conocida: los estudios con resultados significativos tienen mayor probabilidad de ser publicados. Algunos casos rayan la anécdota. Otros son mucho más serios, como la invención y manipulación de Hwan Woo-suk aireada en las últimas semanas. A nadie se le escapa que la industria farmacéutica es una de las principales fuentes de financiación de la investigación, con una inversión anual en ensayos clínicos de 6.000 millones de dólares. Quien innova y llega primero se lleva el gato al agua¿ Los mecanismos que subyacen en el conflicto de intereses son un fenómeno complejo y poco estudiado. Casos como el del científico coreano deberían reforzar nuestra convicción acerca de la necesidad de ir con mucha prudencia en asuntos tan resbaladizos y de tanta trascendencia, como en estas mismas páginas ya me atreví a señalar en su momento (aunque eso me lleve a no ser progresista de etiqueta ni de talante). Ya en el 2003 los editores de Nature y Science comenzaron a revisar los requisitos de transparencia en cuanto a los intereses económicos que exigen a los autores de los artículos que publican, después de recibir una queja firmada por 32 científicos y expertos en ética de varias universidades. En el 2004, un grupo de revistas científicas, entre las que se encuentran las más prestigiosas, se habían comprometido a exigir el registro público de los detalles de un ensayo clínico antes de su inicio como condición previa a la publicación de sus resultados. En el 2005 esas mismas revistas publicaron un editorial conjunto y simultáneo en el que recordaban los requisitos mínimos que exigirían para la publicación de resultados de ensayos, adhiriéndose a los 20 puntos marcados por la OMS al respecto, poniéndolos como condición previa a la publicación de resultados en sus respectivas revistas. Es la hora de los comités de ética.