El camino se cimenta en casa

M. Pichel LUGO / LA VOZ

CDLUGO

Pablo Sánchez, pugnando por un balón aéreo con un defensor de la Ponferradina.
Pablo Sánchez, pugnando por un balón aéreo con un defensor de la Ponferradina. Alberto López< / span>

El Ángel Carro se ha convertido en el lugar en el que confluyen los rasgos que mejor definen al Lugo

29 abr 2014 . Actualizado a las 11:43 h.

El Ángel Carro se ha convertido en el lugar en el que confluyen los rasgos que mejor definen al Lugo. Estilísticos, pues los de lucha y entrega los muestra en cada uno de sus encuentros, siempre hasta el final. El estadio del Miño ha cimentado la actual cómoda situación clasificatoria del Lugo.

Caer en El Molinón frenó por un instante la posibilidad de soñar con meterse en la promoción de ascenso a Primera. Sin embargo, la competitividad de la categoría, esa que permite que no haya nada decidido ni por arriba ni por abajo a seis jornadas del final, le confiere todavía posibilidades: de los diez equipos que le anteceden en la clasificación, aparte del Sporting en su duelo directo del pasado sábado, solo el Sabadell venció en esta jornada.

De esta forma, la primera opción para alimentar los sueños pasa por la realidad de aferrarse a su estadio. Con la dificultad añadida de que el siguiente visitante sea el líder destacado, este sábado a las seis y cuarto de la tarde. El mismo Deportivo de La Coruña al que tuteó en el partido de la primera vuelta, fiel al estilo de siempre, pero sin lograr materializar su dominio en goles.

En el Ángel Carro, las veleidades defensivas han sido menores. Y cuando se ha optado por ellas, debido al mayor potencial del rival para tocar, como ante el Barcelona B, el equipo mantuvo, pese a todo, la sensación de haber controlado (aparte de adjudicarse la victoria).

Lo habitual ha sido mostrar sus rasgos definitorios. Posesión, toque, desdobles por las bandas, todos los jugadores entrando en contacto con el balón. Y con la profundidad que no se alcanzó ante el Sporting.

El Lugo ha vuelto a divertir y a divertirse en su casa, con tres triunfos consecutivos confeccionados a partir de un patrón similar. El del estilo marcado a fuego desde hace ya cinco temporadas.