Adiós al mejor regidor de Zas

Xosé Ameixeiras
X. Ameixeiras CARBALLO / LA VOZ

ZAS

JOSE MANUEL CASAL

Llevó a cabo una transformación de tal magnitud que su labor perdura

11 ene 2020 . Actualizado a las 08:35 h.

El Concello de Zas perdió este jueves al, tal vez, mejor alcalde de su historia, Ramón Antonio Lois Ordóñez, de 73 años. Ningún otro regidor emprendió tantas acciones ni en tan poco tiempo ni llevó a cabo una transformación tan grande en el municipio como la realizada en solo ocho años por este maestro nacido en el Concello de Ponteceso. Era un hombre recto, serio, aunque próximo en el trato y reflexivo, pero difícil de torcer en sus convicciones.

LLegó a Zas como profesor del colegio de la localidad, del que también fue director. Se presentó a las primeras elecciones tras la aprobación de la Constitución, pero se quedó en minoría frente a Antonio Cortizo, cuyo poder político y social venía de años. Sí llegó al sillón zasense en 1983, al frente de la agrupación independiente. Logró ocho concejales, frente a Cortizo (AP), que solo obtuvo cuatro. A partir de ahí inició una ingente tarea para modernizar el Concello. De hecho, Zas fue uno de los primeros concellos en contar muchos servicios novedosos. Su idea era, y lo consiguió en gran parte, llevar una pista polideportiva y un local social a cada parroquia. Al mismo tiempo emprendió la pavimentación de una innumerable cantidad de corredoiras, pistas y caminos, además de implantar alumbrado público en todas partes.

Su concello fue uno de los primeros en sumarse a los planes de telefonía pública de servicio, con la instalación de aparatos en tabernas y casas particulares para el servicio de todos los vecinos. En esos momentos, contar con comunicación en algunas aldeas suponía un avance casi inimaginable. El Ayuntamiento zasense fue, asimismo, uno de los primeros de la Costa da Morte en tener asistente social. La primera contratación se llevó a medias con el Concello de Laxe. Y ya habilitó becas para escolares.

Por otra parte, fue uno de los pioneros en apuntarse a la informatización de las oficinas municipales y en incorporarse a las iniciativas de ayuntamientos por la normalización lingüística.

Si estos avances podrían suponer ya de por sí una valoración muy alta para su gestión, hay que añadir además la cantidad y el valor de las inversiones emprendidas. En solo ocho años acometió la construcción de los polideportivos de Baio y Zas, así como sendos campos de fútbol en estas localidades. Hay que apuntar en su lista las dos piscinas, una por cada una de las poblaciones.

Su segundo mandato fue con Coalición Progresista Galega. Ramón Lois afrontó el gran reto de renovar por completo el consistorio, que fue vaciado por dentro y renovado en profundidad aunque conservando su atractiva arquitectura. Habilitó un auditorio, pequeño, pero el primero de la comarca. En ese momento, el Concello tuvo que afrontar un crédito, al que se oponía parte de la corporación. No contento con ello afrontó, asimismo, la mejora de la plaza del campo. Un buen número de vecinos, junto con la oposición, pretendían talar los árboles e incluso se armaron protestas para hacer una gran explanada para las fiestas. Lois Ordóñez se mantuvo firme en su propósito y evitó lo que actualmente se consideraría un desastre, la desaparición de los jardines arbolados situados ante la casa consistorial.

Fue él, además, quien gestionó la construcción del centro de salud de Zas y firmó un acuerdo para un instituto para Baio, pero cuando el PP llegó a la Xunta, lo obligaron a elegir de nuevo la ubicación del centro de enseñanzas medias entre las dos localidades más pobladas y se originó un grave conflicto localista. El instituto acabó en Baio. Sin embargo, Ramón Lois se sintió traicionado por algunos de los más próximos y aborreció la política. Acabó siendo el secretario general del PSOE de Zas y este partido intentó que se presentase de nuevo, pero nunca más lo hizo.

En su haber también hay que sumar algunos hitos culturales, como el de haber amparado y animado la Carballeira de Zas, hoy un magno festival folk, y la publicación del primer libro del fútbol de la Costa da Morte.