Hay mobiliario para montar un piso en medio del monte

Santiago Garrido Rial
s. g. rial CARBALLO / LA VOZ

CORISTANCO

Pasan los años, pero las malas costumbres subsisten: muebles o electrodomésticos aparecen en lugares poco apropiados

19 nov 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Hubo un tiempo en el que arrojar los residuos en el monte era una costumbre casi oficial en algunas zonas, con punto de vertido casi estandarizados. Daba igual que fuese de interés ecológico, como el caso de la laguna de Alcaián, en Coristanco. No ayudaba a ello el hecho de que todos los vertederos municipales estuviesen situados en algunas de las mejores atalayas, como se puede comprobar ahora, sellados ya hace años.

Pero, por fortuna, las costumbre han cambiado y los malos hábitos van desapareciendo. O, cuando no lo hacen, quien arroja al monte enseres voluminosos se toma la molestia desplazarse hasta un lugar en el que no se vea su trabajo. A veces, con tanta molestia que no se comprende: le habría llevado la mitad de tiempo llevarlo hasta un punto limpio.

Pero no siempre ocurre así. Con regularidad, quienes recorren la comarca se encuentran con sofás, neveras, lavadoras, colchones o televisores a plena vista, al lado de las carreteras transitadas. No pasa a menudo, pero aún se produce. Uno de los casos más llamativos está en la antigua sala de fiestas A Revolta, en Carballo, ya de por sí un foco peligroso, de libre acceso, en cuyo interior aún se acumulan muchos restos de lo que un día brilló con los focos. También fuera. Desde hace ya años, los colchones se acumulan en un lateral y, aparentemente, van cambiando unos por otros. Junto a ellos, de todo, pero sobre todo, basura, y algún asiento. En la parte posterior, y repartido en dos zonas, los electrodomésticos. Rotos, partidos, y también junto a más basura. Todo junto, en buenas condiciones, daría para un piso modesto, pero así lo único que se saca en limpio es una enorme falta de civismo.