Cee, un «meeting point» en la Costa da Morte

Francisco Blanco

CEE

XESÚS BÚA

«Son lugares que convertimos en únicos al hacerlos nuestros, allí están las personas importantes»

20 mar 2016 . Actualizado a las 23:30 h.

Eran principios de los años 90 y yo empezaba a andar por el mundo. Con mucha ilusión y un inglés bastante rudimentario, asistí por primera vez a un congreso en Estados Unidos cuando escuché por primera vez las palabras meeting point (se pronuncia mitin point). En la reunión había alrededor de 10.000 reumatólogos y unos cuantos colegas quedamos para charlar sobre varios proyectos en los que estábamos colaborando: «Nos vemos en el meeting point», me dijeron los compañeros americanos, y yo me quedé pensando qué demonios sería eso que a mí me sonaba a tenis. En el año 1992 no teníamos móviles, ni existía Google para orientarnos, así que hice lo que se hacía entonces: preguntar.

Dos palabras en el día a día

En efecto, un meeting point no tiene nada que ver con los términos set point o match point del tenis. Significa sencillamente «lugar o punto de encuentro» y suele estar junto a los register desk o mostradores de inscripción de los congresos. Desde entonces, esas dos palabras forman parte de mi día a día profesional, hasta el punto de que a veces, desgraciadamente, es el único lugar que visito en los distintos países a los que acudo por trabajo: el meeting point del aeropuerto, el meeting point de los hoteles, el meeting point de los congresos? Pero no todos los «puntos de encuentro» tienen un cartel que los identifica. A lo largo de la vida, cada uno va creando los suyos: son lugares normales que convertimos en únicos al hacerlos nuestros, lugares a los que acudimos sabiendo que allí están las personas «importantes» para cada uno de nosotros. En mi infancia y en mi juventud, los meeting point estaban perfectamente establecidos y eran imprescindibles para organizar el día a día. Primero, cuando vivía en las «casas baratas», el punto de encuentro era el patio, el barrio; no nos hacía falta el móvil, o el WhatsApp, ni siquiera el teléfono. Simplemente salías a la calle y allí estaba la pandilla y te reunías con ellos, no tenía pérdida.

Pero sin duda el meeting point que tengo grabado en la memoria como mi rincón favorito es el de las escaleras de la Escuela de las Niñas, actualmente el Museo Fernando Blanco. Fue nuestro lugar de encuentro durante muchos años: allí pasábamos horas y horas, al sol o a la lluvia, hablando, comiendo pipas que comprábamos en el quiosco de la plaza, riendo por cualquier bobada. Allí decidíamos a qué playa ir (primero fue Quenxe, claro, luego Estorde, Calcoba, Gures, siempre andando o en bici). Allí programamos nuestras primeras acampadas y construimos nuestros sueños de futuro. Éramos una pandilla muy grande, así que llenábamos todas las escaleras: unos se iban, otros llegaban, pero el lugar siempre permanecía ocupado.

Cambio de puntos

Fuimos creciendo, y nuestros meeting point se fueron trasladando al Club, al Recunquiño, al Nueva York, al Pandullo? Pero aquellas escaleras continuaron siendo mi lugar preferido. Siempre he pensado que es una pena que no tengamos ninguna foto de nuestro punto de encuentro, pero entonces no sentíamos la necesidad de registrar todo lo que hacíamos. A cambio tengo un cuadro: alguien que me conoce bien quiso que ese lugar privilegiado en mi memoria me acompañase siempre, y hace unos años se lo encargó al pintor muradano Fernando Rey. Hoy está colgado a la entrada de mi consulta y lo llevo de fondo de pantalla en el móvil. Estoy seguro que ahora a todos se nos vienen a la mente múltiples lugares que encajan perfectamente con este significado. Y de alguna manera, Cee también ha sido y es un meeting point de la Costa da Morte. Por poner solo algunos ejemplos con los que creo que todos estaremos de acuerdo, la Fábrica de Carburos hizo de nuestro pueblo un lugar de referencia para el comercio y la económica de la zona. Sin duda, la Fundación legada por Fernando Blanco propició que nuestro pueblo fuese y siga siendo el meeting point de la cultura. Gracias a ello toda la comarca ha podido disfrutar de un nivel de educación imposible de encontrar en un pequeño pueblo como era el nuestro y que actualmente contemos con un importante numero de infraestructuras dedicadas a la educación. Y más recientemente, Cee se ha convertido también en el meeting point para la salud con el hospital Virxe da Xunqueira, que ha cubierto las necesidades sanitarias de todos nosotros y de los habitantes de pueblos cercanos; un privilegio del que podemos sentirnos orgullosos y que nos proporciona la seguridad y la tranquilidad que da tener un hospital cerca de casa.

Hoy, no entiendo por qué, nadie se reúne ya en las escaleras de la antigua Escuela de las Niñas. Tal vez sea solo el meeting point de nuestra pandilla, y quizás nos esté esperando para que vuelva a ser nuestro cuando nos jubilemos.

DNI. Francisco Javier Blanco García. Francisco Javier Blanco García. Nació en Cee en el año 1963. Es médico reumatólogo en el Complejo Hospitalario Universitario de A Coruña (Chuac), además de director científico del Instituto de Investigación Biomédica de A Coruña (Inibic). Asimismo, es profesor asociado de Medicina en la Universidade de Santiago (USC).