La inmigración aún es ajena a los cementerios de la Costa da Morte

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Imagen de archivo de un entierro con cenizas
Imagen de archivo de un entierro con cenizas CASAL

Especial de Difuntos | El sepelio clásico es el que manda en la zona, y con diferencia, pese al alza relevante de extranjeros

01 nov 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

Habrá que esperar al menos una generación, vaticina Carlos Rodríguez, de la funeraria Costa de Baio, para ver en los cementerios de la comarca entierros de religiones no católicas. En los municipales o vecinales, claro (en Caión subsiste el diminuto y llamativo cementerio civil), porque en los parroquiales es evidente no habrá ni puede haber cambios. Coinciden otros empresarios del sector consultados, desde Iván Amarelle, de San Antonio, a Eduardo Ramilo, de Santa Marta-Virxe da Milagrosa. Alguna excepción siempre hay, sobre todo en las zonas más urbanas, pero son muy escasas. En casos de decesos de musulmanes, por ejemplo, de aplicar los ritos correspondientes se encargan los responsables de este culto, generalmente en A Coruña o su entorno. En otros casos los procesos se limitan a incineraciones convencionales. Otras veces, igual que las funerarias y las compañías de seguros organizan las repatriaciones de los emigrantes (muy frecuentes aún desde Suiza, y con casos también de otros países como Reino Unido), también se llevan a cabo envíos a los países de los difuntos.

De todos modos, las opciones a acoger difuntos y entierros de otras culturas y costumbres están abiertas. La nueva ordenanza o, más propiamente, el nuevo reglamento del cementerio municipal de Carballo, aprobado el año pasado, dedica un artículo específico a la libertad de culto, advirtiendo de que «non existirá discriminación ningunha á hora dos enterramentos por razón de relixión. Non se reservará ningunha zona de carácter especial para enterramentos que poida supoñer discriminación», entre otros aspectos.

Y aunque en otros lugares no haya tantos especificidades normativas, es obvio que esa apertura también existe. Dumbría es el único concello de la zona que tiene dos cementerios municipales, el de Olveira y el de Estimán, al lado de la capital municipal (el de colores). En los últimos años no ha habido ningún entierro fuera de lo normal, explican desde el Concello.  

Lo que sí están cambiando son las prácticas, pero no tienen mucho que ver con los extranjeros. Aunque a veces sí: ya van varios sudamericanos que celebran el funeral en la iglesia, el habitual, pero optan por la incineración. Un empresario del sector apunta que se debe, en buena medida (y sea de donde sea) a no tener nicho, e incluso a ser más barato. De tener tumba o panteón, tal vez las cosas cambiarían. En los tanatorios, el hecho de cerrar por las noches (ya establecido) e incluso a la hora de comer (va a más) es otra gran transformación. «Nas cidades xa hai tempo que se fai, e pouco a pouco vai chegando ás zonas rurais», apunta Ramilo.