Susana Malón: «La luz artificial puede alcanzar los 500 kilómetros de distancia. El color ideal es un tono cálido»

Melissa Rodríguez
Melissa Rodríguez CARBALLO / LA VOZ

CARBALLO

ana garcia

Aulas científicas de Cabana | La física está especializada en contaminación lumínica y alumbrado exterior

16 jul 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

La física Susana Malón, de Zaragoza y con residencia en Vitoria, es CEO y directora de la oficina técnica Lumínica Ambiental, especializada en contaminación lumínica y alumbrado exterior, así como miembro de la Junta de Gobierno del Comité Español de Iluminación. De todo esto habló ayer en la jornada celebrada en Cabana, de la cual hizo una valoración muy buena: «Estos encuentros son fundamentales para los profesionales de cara a hablar y debatir sobre la situación actual. Y es que a día de hoy no nos acabamos de creer que la luz contamina. Es el patito feo de la contaminación, nadie piensa en ella», se lamenta. Y eso que cambiar a mejor es posible y rentable, asegura: «Con la tecnología actual que tenemos y aplicando todo lo que sabemos de cómo se propaga la luz por la atmósfera, es posible iluminar sin contaminar. Alcanzar la perfección es imposible por cómo se extiende, pero sí se pueden lograr parámetros mínimos y sin encarecer la instalación», avanza.

Como no podía ser de otra manera, pone de ejemplo a La Palma, territorio pionero en la protección del cielo nocturno. Pero, según explica, España es un país con mucha suerte en lo que a calidad de este recurso se refiere: «Tiene zonas muy oscuras, sobre todo, en la España vaciada, aunque todos los horizontes, en general, están prácticamente contaminados, pues la luz llega a 300 e incluso 500 kilómetros de distancia».

Este fue su primer paso por la Costa da Morte, aunque trabajó en las Rías Baixas, en A Coruña y también en la certificación como destino turístico Starlight de A Veiga, en Ourense.

Siempre se busca la sostenibilidad en el alumbrado externo, señala. El flujo que se emite de una luminaria hacia al cielo tiene que ser el mínimo posible, según indica, y hay que evitar el deslumbramiento para garantizar la seguridad, así como fijarse en el tipo de color de la luz: «Cuanto más blanco, más contaminante. Lo recomendable es un tono cálido, que no ilumina menos, sino que hace más bonitos los sitios». También se debe proyectar con niveles adecuados, es decir, no más luz de la necesaria. «Los errores se cometen por desinformación, si bien desde el Comité se han publicado muchas recomendaciones para las luminarias en el exterior. La tecnología led tiene que estar 20 años y no puede ser cualquier producto, sino con garantías», sentencia.