El Domingo de Ramos se celebró sin procesiones. En Carballo, Xosé Pumar dio el pregón, acto que él había inaugurado
29 mar 2021 . Actualizado a las 05:00 h.Por segundo año consecutivo, el arranque de la Semana Santa de ayer (con permiso del Viernes de Dolores, sobre todo en Fisterra o Corme) fue sencillo, discreto y comedido. Poco que ver con lo que era habitual hasta hace dos años y que, en principio, se recuperará el que viene. Y eso se notó en todas las parroquias en las que suele haber actos el Domingo de Ramos, como la de San Xoán de Carballo, la de más población de toda Galicia. Su procesión hasta la iglesia de San Cristovo, con la borriquita, siempre es multitudinaria, pero ayer la figura del animal se quedó en el atrio, lo mismo que muchos fieles portando los ramos de oliva y de otras plantas, bendecidos, dentro y fuera, por el párroco, José García Gondar. Y así, en casi todas las iglesias de la zona (hay 157 parroquias) en las que hubo misas, que dada la escasez de curas cada vez son menos. Entre ellas, la de Fisterra, que también inicia unos días muy especiales por la importancia que esta fiesta tiene en la localidad.
En Carballo también hay pregón de Semana Santa. El primer pregonero, hace mucho ya, fue el sacerdote Xosé Pumar Gándara, como también fue el primero que dio el de la Navidad o el del San Xoán. El sábado por la noche repitió en la iglesia. Lo hizo sin guion, con su memoria y sus amplios conocimientos teologales, recordando experiencias personales, con apuntes artísticos e históricos, y también con palabras muy sentidas sobre el significado de estas fechas. Y recordó a sus predecesores, desde Suso de Basilio en Semana Santa a tres afectados por covid en Navidad. La música estuvo a cargo de Gloria Pardines, quien interpretó temas sacros acompañada de la guitarra, lejos del coro que está acostumbrada a dirigir.