Frida Kahlo desde los ojos de Marián Araújo

Santiago Garrido Rial
s. g. rial CARBALLO / LA VOZ

CARBALLO

CEDIDA

La actriz con orígenes en Cee y Corcubión interpreta a la mexicana en un corto que se presenta en varios festivales. Es profesora de dramaterapia y participa en un movimiento nacional de madres artistas

04 feb 2019 . Actualizado a las 08:31 h.

Marián Araújo Marcote, de 43 años, lleva ya 20 en Dublín, la capital de Irlanda. Su padre es de Cee y su madre de Corcubión. Se crio en Valladolid por motivos laborales familiares, se formó en su Escuela de Arte Dramático, pasó a Madrid, y de ahí a tierras irlandesas. Acude a la Costa da Morte de vez en cuando (antes, más), donde no hace mucho falleció su abuela Felisa, a los 96 años, pero su vida está en la gran isla. Vida, familia y trabajo. Actriz, sigue adelante con sus proyectos sobre las tablas y en la pantalla, pero también su actividad docente, como profesora de dramaterapia.

En julio se estrenó, en el festival de cine de Galway, un corto en el que interpreta a Frida Kahlo, la pintora mexicana que sigue siendo un icono artístico y social. «Es un trabajo en clave de comedia, en el que hay varias Fridas, cada una con un aspectos distinto del personaje, y ambientado en el Dublín actual, en una fiesta en la que la gente se disfraza. Una de las Fridas es más espiritual o introspectiva, y la otra, más extrovertida o frívola, papel del que me ocupo yo. Hay una especie de enfrentamiento entre las dos visiones», señalaba ayer Marián desde su casa dublinesa. El día 24 de este mes se estrenará en la capital, en Dublín, en su festival internacional de cine.

Su faceta profesional se extiende ahora incluso más hacia la dramaterapia, que en España aún tiene poco recorrido, pese a que lleva años en diversas ciudades y universidades europeas. En los últimos años ha estado en la Universidad de Maynooth, donde ha sido profesora y directora interina de su máster, impartiendo la asignatura de técnicas teatrales y dramaterapéuticas. Este ciclo educativo ha llegado a su fin y ahora están negociando su continuidad en otras universidades irlandesas.

La propia Araújo llegó a esta disciplina a través de su trabajo teatral, que siempre iba un poco más allá de lo convencional: más de laboratorio, más de experimentación e investigación. Fue como poco a poco descubrió «el poder que tiene el teatro y la expresión artística en el bienestar emocional», explica. Y se formó en ello y ahora imparte sus conocimientos, en clases o con clientes o grupos particulares, para los que se busca una mejor y mayor salud mental. Obviamente, no son excluyentes con la terapias clínicas, sino complementarias.

De cara al futuro, a Marián le gustaría introducir esta disciplina en España. «No se conoce aún mucho, tal vez la musicoterapia y arteterapia. La dramaterapia usa todas las herramienta teatrales con la intención de procurar el beneficio de la salud mental y emocional». Trata a todo tipo de personas, desde niños a adultos, en su consulta o en centros clínicos.

Otra de sus áreas de trabajo está en el grupo Mothers Artists Makers (MAM). Con muchas otras artistas y creadoras (unas 500 en todo el país), colabora en la creación colectiva con la que tratan de proponer «una redefinición de la maternidad que rompa con los clichés establecidos que debilitan a la mujer». Trabajan para que la maternidad no suponga una cortapisa su trabajo artístico.

«Reivindicamos la voz de las mujeres que trabajan en el mundo de la interpretación. Muchas desaparecían cuando se hacían madres, por las dificultades que tiene combinar la maternidad con el trabajo en el teatro y con otras expresiones artísticas».

La labor para ponerle coto a esta situación es amplia, e incluye diálogo con la patronal de la escena irlandesa. Quieren que las actrices no se sientan discriminadas cuando pasan por esta fase vital, que no encuentren dificultades al reintegrarse al trabajo, porque a algunas les cuesta volver. Muchas actrices, cuenta Marián, no tienen hijos por eso, o esperan muchos años, «porque aún existe esa mentalidad de sacrificarse por la carrera». Explica que eso no debe ocurrir en el doble sentido: no hay que sacrificar la actividad de actriz si se quiere tener hijos, ni tampoco sacrificar la natalidad durante la vida artística. Algo que es tan de sentido común, pero por lo que este grupo de mujeres siguen luchado.

«Es un trabajo en clave de comedia, en el que hay varias Fridas. Yo hago la extrovertida»

«Aún existe la mentalidad de sacrificarse por la carrera a la hora de tener hijos»