El cierre de la pesquería del rape pilló por sorpresa a la flota de artes menores de la zona
CARBALLO
La decisión de la Unión Europea de cerrar la pesquería del rape provocó ayer una oleada de protestas entre los armadores de artes menores que van a los miños. La medida les pilló por sorpresa y sin poder recoger el pescado que había capturado con sus redes mientras en Bruselas se tomaba el acuerdo.
La prohibición de capturar rape o juliana, dos especies diana para la flota de bajura de la Costa da Morte, se conoció en las cofradías a primera hora de la tarde de ayer y entró en vigor solo ocho horas más tarde, en la medianoche de ayer. Los aparejos estaban ya calados cuando se supo del cierre. Las tripulaciones tenían que haber levantado ayer por la mañana las redes, en las que debería haber rapes, pero no les quedó más remedio que desechar el pescado porque no se pudo comercializar.
Este problema afecta especialmente a Fisterra. En lo que va de año se han descargado en esa rula casi 25 toneladas de esta especie, que es fundamental para la flota artesanal. También se comercializa en Laxe y Malpica, donde se han vendido un millar de kilos. En estos dos casos la cotización media ronda los 7 euros en kilo, en tanto que en Fisterra no llega a 5. A pesar de eso, las ventas de rape han reportado a los pescadores más de 100.000 euros en los últimos siete meses. También está afectada la juliana, que es de menor precio, pero bastante abundante en Laxe y Malpica.