As Nemanquiñas reivindicaron la importancia de no perder el oficio
10 nov 2013 . Actualizado a las 07:10 h.En otro tiempo fue una forma de vivir, un apoyo a las economías domésticas, y es por lo que la Asociación de palilleiras As Nemanquiñas de Vimianzo no quiere que se pierda, por la tradición del pasado. Por eso, a través de la vicepresidenta de la entidad, María Oanes, reivindicaron un futuro. «Tratamos de reunir o máximo posible, loitar por non perder o oficio, que a xente se involucre», dijo Oanes. Esta petición la hizo ayer, en la séptima Xuntanza celebrada en el polideportivo, donde se reunieron unas 550 profesionales y aficionadas (la gran mayoría mujeres, pero también había algún niño). Llegaron desde toda Galicia -Lousame, Viveiro, Foz, Cervo, Burela, Sarria, San Ciprián, Ferrol, Neda, Ames, Pontevedra, Vigo, A Coruña, Boiro, Valga, Cambados, Narón, Fene, Cambre, Salvaterra, Betanzos, Barbanza, Bergondo, Arteixo, Coirós, Carral, Noia, Oleiros, Abegondo, Vilagarcía, Vilanova, Noia o Sada-, además de la propia Costa da Morte -Muxía, Camariñas y Vimianzo-.
Este año, fueron algunas menos que en la edición pasada, cuando rozaron las 700. El mal tiempo y la crisis podrían explicar esas bajas, señaló Oanes, quien quiso tener un recuerdo especial para la presidenta, Lourdes Lema, ausente por motivos familiares. Además de los numerosos curiosos que desde la primera hora de la mañana observaban y compraban en los distintos y variados puestos habilitados, no quiso perderse la cita el alcalde, Manuel Antelo, ni tampoco representantes de los demás grupos municipales en la corporación. El regidor definió como «un orgullo» poder reunir a tantas palilleiras, «que tiran ademais doutros sectores asociados». «Temos que loitar por esta artesanía, porque se nun pasado contribuíu a paliar as miserias económicas en tempos moito peores que estes, tamén o pode facer nun presente e nun futuro», añadió. Por su parte, Zaira Rodríguez, diputada provincial, señaló la importancia de la cita no solo para Vimianzo, sino para toda la Costa da Morte. Por la lucha por mantener «esta tradición e esta cultura». Importante fue el papel de los establecimientos de Vimianzo, que contribuyeron con sus aportaciones para el sorteo -As Nemanquiñas vendieron rifas-. Todas las asistentes, además de disfrutar de una comida de confraternidad, se llevaron un detalle. Las profesoras, además, un diploma.
En cuestiones de artesanía, preocupa mucho el relevo generacional. «Estase perdendo», admitió Oanes. Aun así, todavía hay quien se inicie en este oficio: ayer, en Vimianzo, la edad oscilaba entre los cuatro y cinco años de David Noya y Eloy Millán, seguidos por Laura Sar, con ocho; y los 82 de la vimiancesa Ernesta Miñones o los 95 de la viveirense Isabel García.