Las multas por pegar panfletos pueden llegar a los 3.000 euros
21 jul 2012 . Actualizado a las 07:10 h.Cuando no son las elecciones de políticos son las fiestas veraniegas, los conciertos musicales, reivindicaciones varias o simple publicidad comercial, pero los muros, señales, carteles, indicadores y mobiliario público no se libran en todo el año de los cubos de cola y la papelería más variada, que ensucia los bienes y afea la imagen de las calles de la comarca.
Prácticamente ya no quedan municipios en la Costa da Morte que no hayan habilitado espacios de libre expresión, tableros de anuncios o como se quiera llamar a las zonas específicas para pegar cartelería variada, pero la idea de respetar el entorno en beneficio público sigue sin cuajar en estos lares.
Es cierto que en este sentido la concienciación ha mejorado mucho. Basta atravesar el centro de A Laracha, donde los anuncios se circunscriben a los paneles provisionales engarzados en las farolas y no se salen de ellos, o pasear entre Razo y Baldaio, donde resulta complicado encontrar panfletos fuera de los casetos de madera indicados para ello.
En cambio, también hay ejemplos de lo contrario y muchos, desde Caión hasta Fisterra. Los programas de las fiestas suponen la mayor parte y llegan incluso a zonas tan contraindicadas por Tráfico y peligrosas como las glorietas de la comarcal AC-552, campan por las fachadas de propiedades particulares. Sin embargo, la última moda tiene que ver con las reivindicaciones contra la mina de Corcoesto se están convirtiendo en un auténtico problema, sobre todo entre Cabana, Ponteceso y Coristanco. Fuentes policiales aseguran que detrás de la colocación indiscriminada de estos carteles está un reducido número de personas, porque las tipografías y los lemas se repiten, que han diseminado los panfletos por una decenas de parroquias de los tres concellos de la zona.
Estas acciones, hasta el momento impunes en la totalidad de los casos, conllevan sanciones que, dependiendo de las ordenanzas municipales de cada Concello, pueden llegar hasta los 3.000 euros cuando alteran gravemente señales de tráfico o otros elementos y de ello se derive un peligro.