El karma hindú hecho arte

Antonio Longueira Vidal
Toni Longueira CARBALLO / LA VOZ

CARBALLO

Preet Kaur llega a Carballo tras 30 años conociendo mundo

23 mar 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

Iba para periodista, pero la moda y el hinduismo se interpusieron en su camino. Preet Kaur es una mujer que atesora dos de las cosas que más se valora en el mundo occidental: viajar y conocer gente. Estos días se encuentra en la Feira dos Cinco Continentes carballesa, Panxea, donde expone las últimas tendencias en textil y complementos.

Preet Kaur (su nombre de casada) nació en la ciudad suiza de Ginebra hace ahora 46 años. Por sus venas corre sangre zaragozana y toledana. Con 17 años, al terminar sus estudios, se fue de viaje a la India. Era la recompensa por sus excelentes notas en el instituto.

Pero lo que se encontró en el país del Ganges, de Mahatma Gandhi, de la madre Teresa de Calcuta y del Taj Mahal, le impulsó a tomar una decisión que cambió su vida: pasar de la cosmopolita Ginebra por el Punjab, un estado situado al norte de la India próximo a la frontera con Pakistán. Allí se casó con un miembro de la etnia shik y empezó a integrarse en la cultura hindú y todo lo que ello representa. Abandonó la idea de ser periodista y se introdujo en el mundo del textil. Preet es diseñadora, patronista y estilista de alta costura. Trabajó para un sobrino del gran modisto Balenciaga.

Posteriormente, desarrolló su faceta profesional en el famoso Bollywood (factoría de exitosas películas), creando su propia línea de ropa y complementos: «Todo lo que se hacía allí, era luego lo que se veía en las calles», señala Preet Kaur.

Pronto se dio cuenta de que los artículos de la India tenían éxito fuera del país, por lo que se convirtió en autónoma, vendiendo sus artículos por todo el mundo.

Duro y complicado

Preet Kaur reconoce que su trabajo es muy duro, complicado y, a veces, con sinsabores. Su vida la marca el trabajo. En enero viaja al Punjab para estar con los suyos y comprar el género de las próximas campañas. En marzo coge el avión de regresa a España donde permanece nueve meses dentro de un expositor de 18 metros cuadrados durante 16 horas diarias. No conoce la palabra vacaciones. Su vida es trabajar y trabajar. Da igual que sea invierno o verano, que haga frío o calor, ella permanece al pie del cañón con la mejor de sus sonrisas.

Preet Kaur reconoce que le llamó la atención venir a la feria internacional de Carballo: «Sentía curiosidad por conocer este sitio». Sus impresiones, como la de la mayoría de los expositores presentes en Panxea, es muy positiva: «El trato de la gente es cercano y amable y en el ambiente se respira sensación de limpieza, no como en mi país donde la polución forma parte de nuestras vidas».

Aunque es la primera vez que visita Carballo, Preet tiene claro que repetirá si hay una segunda edición de la feria: «Desde luego, me siento muy a gusto». Ahora solo falta que la gente se anime a acercarse hasta la plaza do Concello para comprar.