Del instituto a la pasarela

M. V.

CARBALLO

Los alumnos de primero de ESO del Maximino Romero de Baio confeccionaron un traje de novia con material reciclado

04 oct 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

Es una pena que los grandes diseñadores de trajes de novia, como Rosa Clará o Manuel Mota, no se hayan pasado estos días por el instituto Maximino Romero Lema, de Baio. Si lo hubiesen hecho habrían descubierto, sin duda, grandes talentos para la moda. Lo curioso del caso es que la competencia no está entre los virtuosos de la aguja de la localidad, sino entre un grupo de 22 estudiantes de primero de ESO, que han confeccionado un precioso vestido de novia. El traje, realizado con material de reciclaje -mayoritariamente plásticos- les servirá para participar en el concurso Reclothes, incluido en el proyecto internacional Xuventude en Acción, que financia la Unión Europea, y en el que estarán presentes escolares de España, Portugal y Hungría.

El proyecto no solo ha servido para que los chavales demostrasen su valía como diseñadores, sino también para que ganasen confianza, seguridad y aprendiesen a trabajar en equipo mientras se lo pasaban en grande.

Al mismo tiempo, los estudiantes recibieron una gran lección sobre el cuidado del medioambiente y aprendieron que los objetos, una vez estropeados o acabada su vida útil pueden seguir sirviendo para algo.

Los jóvenes, expertos ya en el arte del reciclaje, también desarrollaron su creatividad e imaginación y los más torpes con las tijeras o la aguja se armaron de paciencia y mejoraron considerablemente sus destrezas manuales. Los coordinadores de este original proyecto también destacaron que la confección del vestido obligó a los alumnos a «responder a un compromiso adquirido e a realizar un proxecto en todas as súas etapas: a distribución de responsabilidades, organización do traballo e a orde e a limpeza na execución do proxecto». Fue una actividad, explicaron, en la que determinados estudiantes con dificultades académicas demostraron su valía para el trabajo en equipo y todos los chavales se tomaron la confección del traje como algo propio, lo que, al mismo tiempo, fomentó la conciencia de grupo. Todo eso haciendo un precioso vestido de novia. Para que después digan que la moda es superflua.