«El compositor, en mi caso, se hace, pero también nace»

Kiko Novoa

CARBALLO

El músico de origen corcubionés ha regresado, un año más, a la Costa da Morte para disfrutar del verano

28 ago 2007 . Actualizado a las 02:00 h.

Como todos los años por estas fechas, el cantautor Joaquín Lera se ha dejado caer por la Costa da Morte para disfrutar del verano en Corcubión y deleitar al público local con su música.

-¿Un madrileño de alma gallega o un gallego de alma madrileña?

-Mi padre nació en Corcubión, yo viví aquí de pequeño y vengo todos los años. Para mí, Galicia es bastante más que Madrid y de hecho no me siento madrileño. Desde hace nueve años ya no vivo allí, sino en un pueblecito a 50 kilómetros por la carretera de Burgos y apartado de lo que es la vorágine de la ciudad. Cuando pueda, cuando sea mayor y cuando se me ponga el pelo de color negro otra vez intentaré estar mucho más en Galicia, pero ahora ya vengo «sempre que podo».

-¿Cómo se lleva ver a otros compositores triunfar con sus temas, como ocurrió con Mocedades y su «Sobreviviré»?

-Esta canción la grabaron hace ya 20 años y la verdad es que me hubiera gustado grabarla yo pero me llamó Víctor Manuel un día a casa diciéndome que a Mocedades les interesaba muchísimo esta canción, que la querían grabar ellos, y lo cierto es que siempre es un orgullo que artistas grandes canten tus composiciones.

-¿Es necesario tener buena relación con aquella persona que pone la voz a tu trabajo?

-En algunos casos sí y en otros no. Yo a Mocedades no los conocía en persona y luego grabaron algunas canciones más como Alma , pero cuando hago canciones con amigos es otra cosa, como Joaquín Sabina, con el que hice muy mano a mano De Madrid a Granada, Joaquín Muriel o Manolo Tena, con el que he hecho más de diez canciones. Cuando existe una amistad es una maravilla trabajar.

-En octubre saldrá publicada una antología, pero ahora mismo está promocionando «Cometas», un disco que «hecho con mucho cariño».

-Sí, porque colabora gente como Javier Paixariños con sus flautas o Pablo Méndez, que es un guitarrista excepcional, además de Rocío Silguero, al violín. Es decir, gente muy buena que trabajó con mucho cariño y sin prisas. Ha salido un disco redondo y maravilloso.

-Ha compuesto temas para Sabina, Manolo Tena, Mocedades... ¿Hay alguno que le haya reconfortado de forma especial y que, sin embargo, no sea de los más conocidos?

-La verdad es que sí, varios. Por ejemplo, una canción que no he grabado nunca, Momento final, con la que gané un premio en Puerto Rico y a la que le tengo muchísimo cariño. Hay otra titulada No me creo nada, que no conoce casi nadie, pero que también recibió un galardón. De todas formas, tengo más de cuatrocientas y elegir una es muy complicado.

-¿Dónde empieza el compositor y acaba el poeta?

-El compositor, en mi caso, se hace, pero también se nace, porque yo con nueve años ya cogí la guitarra que había en casa. Escuchábamos géneros muy diferentes y leíamos mucha poesía.