Desahucios

José Vicente Domínguez
josé vicente domínguez LATITUD 42°-34?, 8 N

BARBANZA

24 dic 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Al igual que en inhóspitos peñascos aparecen de vez en cuando unas florecillas, también entre los humanos germina a veces la caridad cristiana, haciendo que las personas se sientan iguales aunque sea por abajo. Y eso es lo que el gobierno acaba de hacer al promulgar la ley sobre desahucios.

Posiblemente no haya imagen más triste y penosa que la de ver una familia obligada a abandonar el único techo que le sirve de cobijo. El desahucio es uno de los más crueles actos que un ser humano puede ejecutar. Una familia desahuciada, acompañada de la triste mirada de un niño, es mucho más cruel que la falta de posada para la Virgen María, obligada a dar a luz en un pesebre tal día como mañana. No cerremos los ojos ante el drama que tenemos tan cerca. No dejemos que nos ciegue la indiferencia y la hipocresía, pensando que los desahuciados no son tan merecedores de cobijo como nosotros.

Fue un parto difícil, pero por fin está ahí. Un Real Decreto muy discutido entre los socios de gobierno, y que finalmente vio la luz gracias al hecho de estar regidos por una coalición entre dos fuerzas de izquierdas. Es necesario recalcar lo de izquierdas; pues otras fuerzas de la oposición, siguen sin querer ver el drama de la falta de alternativa habitacional de tantas familias. Y si esas fuerzas de derechas quieren llamarles okupas, háganlo; pero piensen en lo inhumano que resulta carecer de un techo, y la injusticia de considerar indiscriminadamente como malhechores, a quienes carecen de medios para pagar un alquiler, la luz, el agua o el gas.

Sería bueno que nadie se dejase influenciar por consignas partidistas que pretenden hacer creer que se impone una ley de la selva. Léanla y verán como se trata de una norma garantista. Un decreto-ley que solo afectará a los fondos buitre y a grandes propietarios especuladores de un bien común como debe ser el de la vivienda. Y cuando vayan a los oficios de Navidad, escuchen con atención el evangelio de Lucas, y piensen que hoy, más de dos mil años después, muchas familias no tienen siquiera un pesebre.

Hablando de desahucios, sería injusto no mencionar aquí a José Manuel Pena. A través de Stop Desahucios, también él hace que, de vez en cuando, la triste mirada de un niño se ilumine con una sonrisa, al ver que puede seguir jugando y creciendo en la casa a la que tiene derecho por el simple hecho de haber nacido. Entre nosotros, nadie como José Manuel hace tanto en defensa de los afectados que sufren las injustas leyes que rigen el derecho habitacional.