La mujer afirma que desde el pasado domingo no deja de recibir llamadas y que una persona le dio dinero para pagar facturas
21 nov 2012 . Actualizado a las 07:00 h.Las llamadas al teléfono de Cristina Rivadulla, la ribeirense madre de cinco hijos y víctima de violencia machista, se suceden desde el domingo: «No para de sonar a todas horas». Desde que su precaria situación traspasó las fronteras de su humilde vivienda, ha visto como su despensa iba llenándose con galletas, cereales y pastas, al tiempo que su nevera recibía fruta, leche y carne. De igual manera, los armarios de sus cinco hijos acogen todo tipo de prendas para afrontar el invierno.
La solidaridad llega desde todos los rincones y muchas veces, de forma anónima: «El lunes sonó el timbre de casa, salí y en la puerta había una bolsa con leche y un pollo». Cristina Rivadulla asegura que personas a las que no conoce de nada se dirigen a ella, «incluso en el portal de casa», para ofrecerle su apoyo.
Afirma que hay ciudadanos que preguntan a sus vecinos por su piso para mostrarle su solidaridad, por no hablar de quienes buscan, por todos los medios posibles, la forma de contactar con esta ribeirense.
Una vecina de Rianxo, otra de Noia y una de Carballo ya se acercaron a su domicilio en los últimos días para entregarle diversos artículos e, incluso, alguien que quiere permanecer en el anonimato le ha proporcionado dinero para que pueda abonar facturas pendientes.
También hay quien se ha ofrecido para costearle los medicamentos que necesitan sus hijos con hiperactividad, y la responsable de una parafarmacia la ha llamado para saber qué necesitan sus pequeños.
Material escolar
Sus hijos, cuyas edades oscilan entre los 20 meses de la más pequeña y los 12 años del mayor, tampoco van a tener, al menos esta temporada, carencias de material escolar. La gerente de una librería contactó con Cristina Rivadulla para conocer las necesidades de los pequeños en esta materia.
En esta casa, donde cada euro cuenta, los Reyes Magos también se han anticipado y ya han dejado los primeros juguetes. Como afirma esta madre, para sus hijos estos son días de fiesta: «Al mayor le trajeron unas zapatillas de deporte el domingo y no se las quita de los pies». El menor también ha recibido diversas cazadoras, pero los niños no son los únicos a los que se tiene en cuenta: «Hasta me han dado un pijama para mí».
Empleo por horas
Lo que no ha conseguido por el momento Cristina Rivadulla es un trabajo. Afirma que tendría que tratarse de un empleo por horas, principalmente en horario de mañana, porque no tiene quien le cuide a los niños durante todo un día: «Ese es mi principal problema en este momento. Estuve mirando para limpiar portales, porque creo que es lo que más puede ajustarse a mi situación familiar, pero hasta el momento no he encontrado nada».
Con tanto trasiego en su casa, la vida cotidiana en la casa de Cristina Rivadulla se ha visto un tanto alterada. Afirma que sus hijos mayores se preguntan por qué les traen tanta ropa y regalos.
Esta vecina de Ribeira solo tiene palabras de agradecimiento para quienes se han volcado en ayudarla a ella y a sus hijos: «En los tiempos que corren no me esperaba esto». Su voz se entrecorta cuando habla de las muestras de solidaridad que está recibiendo: «No sé como explicar lo que siento, solo sé que estoy muy agradecida».
Incluso, afirma que le da un poco de apuro salir a la calle dada la elevada cantidad de personas que se dirigen a ella.
El torrente de ayuda no cesa. Muchos de quienes se interesan por contribuir a paliar las necesidades de la familia de Cristina Rivadulla son particulares que quieren permanecer en el anonimato. Algunos afirman: «Comparado con esta persona puedo sentirme afortunado».
Tampoco faltan establecimientos comerciales de diverso tipo, especialmente de ropa, y de las cuatro provincias gallegas interesados.
Incluso, hay quien está pensando ya en la posibilidad de organizar algún tipo de acto solidario con el propósito de recaudar fondos para esta mujer y sus cinco hijos.
«Al mayor le trajeron unas zapatillas de deporte el domingo y no se las quita»
«En estos tiempos difíciles que vivimos no me esperaba que pudiera pasarme algo así»
Cristina Rivadulla