Fuerza una puerta de la estación de tren de Vilagarcía para robar y es detenida antes de poder escapar

Serxio González Souto
serxio gonzález VILAGARCÍA / LA VOZ

AROUSA

MONICA IRAGO

La escasa seguridad para el personal de Renfe en la capital arousana llega al Congreso de manos de Galicia en Común

17 mar 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

El debate sobre la escasa seguridad con la que el personal de Renfe desarrolla su trabajo en la estación de Vilagarcía de Arousa acaba de llegar al Congreso de los Diputados. Lo hace de manos de Antón Gómez Reino, el portavoz de Galicia en Común-Unidas Podemos, quien se hace eco de la denuncia que esta semana puso sobre la mesa el sindicato CGT. Además de citar tres agresiones sufridas por los operarios que atienden la ventanilla, la central subraya que las instalaciones han sido objeto de incursiones nocturnas y que los baños públicos, que deben ser revisados por la plantilla de la operadora ferroviaria antes de proceder a su cierre cada noche, son frecuentados por consumidores de sustancias psicotrópicas.

Gómez Reino quiere saber si el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana tiene conocimiento de esta serie de episodios, si prevé que Renfe o el ADIF actúen para remediar esta situación y, en concreto, si van a adscribir personal de seguridad a la estación de la capital arousana, además de instalar algún sistema de protección en los puestos de venta de billetes.

Trabajadores del operador ferroviario confirman las tres agresiones y los insultos que denuncia la CGT. Una situación que tampoco es nueva, explican, ni en Vilagarcía ni en ninguna otra estación, dado que, aunque son absoluta minoría, algunos viajeros dan rienda suelta en ocasiones a sus instintos más bruscos o a su mal momento personal, que normalmente acaban pagando los operarios que atienden al público. Cuestión distinta, y probablemente más preocupante, es su obligación de revisar las instalaciones antes de proceder a su cierre, algo que sucede hacia las diez y media de la noche, en ausencia de personal de seguridad.

El robo que el sindicato añadió a su queja se produjo más tarde, cuando las instalaciones ya habían sido clausuradas. Una mujer logró forzar uno de los accesos a la estación y se introdujo, precisamente, en la zona de las ventanillas, donde revolvió y rebuscó hasta obtener un magro botín: apenas calderilla, que la Policía Nacional le requisó al detenerla, minutos después, antes siquiera de intentar huir. Las cámaras y la alarma la delataron.