Llámenle Universitario Cortegada

Pablo Penedo Vázquez
pablo penedo VILAGARCÍA / LA VOZ

AROUSA

MONICA IRAGO

El equipo vilagarciano abre la Liga 2019/20 post Sara Gómez con una plantilla de 22 años de media

05 oct 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Si usted se ha pasado los últimos cuatro meses desconectado de la actualidad del deporte de la canasta arousano, y hoy decide volver a enchufarse con el reestreno del Cortegada en la Liga Femenina 2, esta noche, desde las ocho y media en la cancha leonesa del siempre aspirante a la fase de ascenso Patatas Hijolusa, asuma que tendrá que adaptarse a grandes cambios. Empezando por la ausencia de la mejor jugadora de baloncesto de Arousa en la historia, una Sara Gómez que aparcó las zapatillas para ser mamá, previsiblemente el próximo mes de febrero. Y acabando en la larga lista de nombres nuevos en el cuadro de personal que, un año más, y ya van siete, seguirá contando con el vigués Rubén Domínguez como estratega en el banquillo.

Es, de hecho, el entrenador casi el único nexo real entre un Cortegada 2018/19 que perdió además a su pareja de interiores extranjeras, la brasileña Sangalli y la inglesa Shaw, y a la escolta alicantina Salomé García, junto a Gómez, gran referente del juego del equipo vilagarciano tras ocho años en el vestuario de Fontecarmoa, que en verano cambió por el del Barça C.B.S.

Con la ourensana Cristina Loureiro como única superviviente del quinteto titular de la temporada pasada, el Cortegada, con una deuda de 77.000 euros desvelada en junio, optó por la sensatez. Dando un paso más en su apuesta por compensar su precariedad económica con los frutos de sus años de trabajo con la cantera. Paso adelante concretado fundamentalmente en el éxito de su operación retorno, recuperando a la base-escolta Nuria Chorén y a la pívot valguesa Antía Varela, ambas de la cosecha de 1999, tras militar juntas la campaña anterior en el Rosalía compostelano de Primera Nacional.

A las cuatro contadas renovadas, Andrea Ríos, Míriam García, una Lorena Castro prácticamente inédita en el curso anterior por las lesiones, y la mencionada Cristina Loureiro, el cuerpo técnico incorporó cuatro fichajes, que comparten la condición de jóvenes promesas con mucho talento, pero faltas de kilometraje en la Liga Femenina 2, a excepción de Patricia Vicente. La base-escolta de 21 años procedente del Patatas Hijolusa, su tercer equipo en la LF2 tras saltar de la cantera del Mann Filter al Azulejos Moncayo, y de ahí al Celta Zorka antes de volar a León.

Zeltia Presas, otra base-escolta, recién salida del equipo juvenil del Estudiantes de Lugo, María Centeno, alero de 26 años que retorna a la categoría tras recuperarse el ejercicio pasado de una grave lesión en el modesto Salesianos, y Tyra Jones, la única apuesta extranjera del nuevo Cortegada, son los refuerzos al margen de la cantera. Con esta última, una ala-pívot de 24 años y 183 centímetros procedente de la Emporia State University de la NCAA2 -segunda categoría universitaria estadounidense- llamada a ejercer de jugadora franquicia si nos atenemos a su voluminosa producción anotadora y reboteadora durante los partidos de preparación. Encuentros que han despertado la esperanza entre la afición vilagarciana, al ver no solo las condiciones de Jones, sino también el desparpajo y la capacidad de rotura de las defensas rivales de las tres directoras de juego del conjunto de Domínguez, Nuria Chorén, Patricia Vicente y Zeltia Presas, que se repartirán a buen seguro los puestos de 1 y 2 en el quinteto tipo.

La presencia en el primer equipo como dos integrantes más de su plantilla de las aún canteranas Nerea Rey e Irene Montenegro arrojan un Cortegada todavía más rejuvenecido, con una edad media de 22 años. De la capacidad de ir madurando su conexión grupal y de su respuesta a las exigencias de la LF2 dependerá hasta dónde llegue un conjunto por primera vez en años liberado de la etiqueta de candidato a la fase de ascenso. Más tras haber caído en el grupo de los equipos madrileños.