El japonés que trajo hasta A Lomba los primeros rayos del sol naciente

Pablo Penedo Vázquez
Pablo Penedo VILAGARCÍA / LA VOZ

AROUSA

Kazuhide Oguri, empleado del PSG, colaborador del comité olímpico de su país, y la persona que ha captado a los equipos nipones del AF7

08 may 2016 . Actualizado a las 05:05 h.

Se habla, y con razón, de lo mucho que el Arousa Fútbol 7 le debe a su malogrado presidente de honor, Gaspar Rosety, en el crecimiento del torneo internacional alevín hasta alcanzar la consideración de uno de los más importantes del planeta en su categoría. Que el AF7 reciba hoy tal rango en Japón se lo debe sin embargo la organización vilagarciana a un nombre a buen seguro desconocido para todo aquel ajeno a la misma.

Ha sido la mano de Kazuhide Oguri (Tokio, 21/XII/1976) la que desde el 2010 ha hecho posible la sucesiva participación de cuatro de las mejores canteras del fútbol nipón en el torneo arousano. Desde un Omiya Ardija que abrió camino encandilando al público de A Lomba en el 2010 con un brillante sexto puesto, pasando por el Cerezo Osaka, que mantuvo el nivel al año siguiente séptimo en la clasificación, para regresar en el 2015 con el Kashiwa Reysol (undécimo) y repetir en la presente edición con el Yokohama Marinos.

Nada de todo esto habría sido posible si en el 2007 Oguri, jugador profesional en el Mito Hollyhock de la Segunda División de Japón hasta su prematura retirada con 20 años para sacarse la carrera de Economía, no se hubiese enganchado al fútbol francés tras la Copa del Mundo de 1998, animándose en el 2007 a cruzar el planeta para enrolarse en el cuerpo técnico benjamín y alevín del Paris Saint Germain. Club este en el que hoy compagina su trabajo en el departamento de patrocinadores con el de colaborador del Comité Olímpico y la Federación de Rugbi de Japón con vistas a los Juegos del 2020.

En el 2009 el asiático dirigió al PSG en el AF7, y se enamoró. «Me sorprendió que todo el mundo fuese voluntario en la organización. Es uno de los mejores torneos Sub-12 de Europa, y quizá del mundo. Por su nivel deportivo, pero sobre todo por la organización. Le da mucho a los niños, ofreciéndoles un intercambio de culturas, ayudando a generar una cultura de paz. Les da a los niños sueños», comentaba ayer en A Lomba poco después de uno de los partidos del Yokohama.

«El AF7», continúa, «me impactó», hasta el punto de que tras regresar a París «organicé un torneo similar, la NS Cup, de equipos japoneses y franceses», que aún «sin grandes nombres» cuenta con patrocinadores como Nissan. Y por ello, por mostrarle ese camino, «le estaré siempre agradecido al AF7» señala Oguri.

Por eso, y por la asociación tejida entre ambas partes en el 2009 durante la cena con la que la organización obsequia a los representantes de los clubes participantes. En el ágape «Alberto Diz -portavoz del torneo- se sorprendió al ver a un japonés al frente del PSG, y me preguntó si sería posible traer a algún equipo de mi país». Oguri ni se lo pensó. «Por mi pasado profesional para mí era fácil contactar con los directores de cantera de los grandes clubes», dice. Y si al principio le costó que ubicasen el torneo en su justa medida, tras las experiencias del Ardija y Osaka «los japoneses hoy piensan que es uno de los mejores campeonatos Sub-12 del mundo». Por ello, Oguri confía en seguir trayendo y acompañando a equipos de su país al AF7 y ver a alguno de ellos campeón algún día, mientras mata junto a ellos la «morriña», palabra que ha adoptado como propia, por su Japón.