El comité de empresa y la dirección de Lantero retoman las conversaciones

a. garrido vilagarcía / la voz

AROUSA

MONICA IRAGO

05 nov 2014 . Actualizado a las 05:00 h.

«Vamos a insistir en defender nuestra posición», afirma Suso López

A las cuatro de la tarde están citados en Santiago los representantes del comité de empresa y de la dirección de Lantero para retomar las conversaciones que ayuden a poner fin a la crisis que se vive en la firma desde hace prácticamente un mes.

Las posiciones se presentan muy alejadas. Entre otras cosas porque la amenaza del ERE que ha lanzado la empresa pesa sobre las conversaciones. Cualquier negociación pasa por la retirada del expediente de regulación de empleo que la empresa ha planteado. «Vamos a insistir en nuestra posición», afirma Suso López, presidente del comité que, pese a que apunta también que no presentarán posiciones maximalistas, dice que la retirada del ERE es imprescindible para que las negociaciones puedan avanzar.

Los plazos se acaban y las reuniones se incrementan. En pleno esprint final, con el día 7 como línea de meta, las citas entre el comité de empresa y la dirección del grupo aumentarán hasta el viernes para intentar encontrar, al menos, un principio de acuerdo.

La manifestación de mañana

Por lo demás, los huelguistas continúan con sus movilizaciones a la espera de la gran manifestación que se celebrará mañana en Vilagarcía. El objetivo que se han marcado es el de informar a los clientes que tiene Lantero sobre la situación que se está viviendo en la planta de Vilagarcía. Después de que la planta de Nestlé fuera la primera parada la pasada semana, ayer los trabajadores acudieron a Feiraco y a Inditex.

El proceso de información a los trabajadores se realizó sin mayores problemas en ambos casos y, de hecho, los representantes del comité de empresa de Lantero que acudieron a Arteixo tuvieron la grata sorpresa de que los responsables del departamento de recursos humanos de Inditex salieron a hablar con ellos para conocer el problema de primera mano.

Por lo demás, la rutina en O Pousadoiro sigue como en las cuatro últimas semanas. Los huelguistas se mantienen a pie de fábrica revisando los camiones que entran y salen de la planta y dedicando abucheos y aplausos irónicos a los trabajadores que entran y salen en autobús.