Otra oportunidad para la crisis

Susana Luaña redac.arousa@lavoz.es

AROUSA

30 sep 2010 . Actualizado a las 04:16 h.

Al lado de un antiguo manual sobre sexo espera por alguien que lo lea un ejemplar de El Jarama , de Sánchez Ferlosio . Cerca se exponen varios juegos de café, algunos de inspiración oriental. Interesantes colecciones de discos que incluyen la obra de Elvis Presley en cedé, viejos vinilos desaparecidos hace décadas de las cadenas de distribución, un moisés nuevo de bebé por 55 euros, equipos de música, bicicletas, televisores, viejos radiadores, ordenadores, videojuegos, ropa, calzado, cuadros, máquinas de escribir, puñales y libros, muchos libros. Libros que datan desde el año 1827. Cientos de objetos que un día fueron útiles y que, abandonados por sus dueños, buscan una segunda oportunidad. Y se la ha traído la crisis en Mi Rastrillo, un establecimiento de compra-venta de objetos de segunda mano que abrió sus puertas hace casi un año en la calle Doctor Moreira Casal, en la subida a la estación de ferrocarril de Vilagarcía.

En Mi Rastrillo todo se recicla, hasta su dueña. Fátima Zambrano se dedicó casi toda su vida a la música. Es cantante profesional, y llegó a actuar con artistas de la talla de Víctor Manuel o Los Tamara. En esas giras por todo el mundo llegó un día a Vilagarcía, y luego repitió, con actuaciones en El Balneario y en Don Piano. «Nos gustó tanto que decidimos mi marido y yo establecernos aquí». De eso hace ya 21 años. Y como la edad, el cansancio y las dificultades por las que atraviesa el panorama musical fueron apartando poco a poco a Fátima del escenario, decidió darle un vuelco a su vida y abrir su propio negocio. Discreción sobre todo. Fátima tenía desde hace tiempo una importante colección de discos y libros, porque ya se dedicaba a la compra-venta de artículos por Internet. Fue hace tres años cuando decidió establecerse por su cuenta, en parte porque le gustaba el contacto con el público y ya conocía el sector, pero también porque sabía que con la crisis económica era el momento ideal para un establecimiento de ese tipo. Buena parte de los artículos que antes iban directamente al contenedor son susceptibles ahora de reutilizarse a cambio de unos euros que su antiguo propietario agradece más que nunca. Eso sí, con mucha discreción. «Me animé a alquilar este local porque estaba a buen precio, pero también porque está algo retirado -reconoce su propietaria-. Hay mucha gente que no quiere que la vean cuando viene a vender».

Empezó el 17 de octubre del 2009 con los viejos discos que ella ya tenía en casa. «Al principio hice algo de propaganda, pero lo que funciona es el boca a boca. Y no tardaron en llegar, sobre todo para vender, claro». La necesidad provoca que nadie renuncie a conseguir unos euros por lo que ya no utiliza, y por eso en la tienda de Fátima hay de todo, hasta cuadros de algunos artistas reconocidos. «Oro y joyas, no, porque no sé de dónde vienen. La policía ya vino en alguna ocasión preguntando por alguna cosa, pero yo lo apunto todo, carné, número de teléfono...». Y como es final de mes, ya tuvo que colocar un cartel que reza: «Hasta nuevo aviso, no compro nada». Está razonablemente satisfecha. «No gano un montón, pero me da para pagar el alquiler y la seguridad social, y se me quedan 200 euros, tan feliz. Me gusta el trato con la gente». Y eso se nota.