Niños de hoy en día

AROUSA

AREOSO | O |

09 nov 2005 . Actualizado a las 06:00 h.

HACE SÓLO unos años, ser niño era una tarea mucho más sencilla. Uno no tenía que preocuparse por la obesidad infantil, sólo estaba gordito porque comía demasiados bocadillos de Nocilla. Esos bollos que tanto preocupan hoy a los endocrinos sólo se podían comer en festivo y estaba prohibido levantarse de la mesa antes de que terminaras el plato de lentejas o de verdura, tardases lo que tardases. Tampoco había juegos homologados o especialmente adaptados y si te abrías la cabeza con la esquina de un columpio de metal se solucionaba con unos puntos de sutura, de esos de los que todos conservamos todavía alguna cicatriz que no dudábamos en mostrar con orgullo a nuestros compañeros. La televisión no dejaba lugar a dudas y en cuanto aparecían los dos rombos, uno sabía que su próximo destino sería la cama. Y aunque no teníamos toda la colección de Disney, ni los DVD's completos de los Lunnis, lo pasábamos en grande viendo El osito Misha o El coche fantástico . Es más, como la programación infantil sólo se emitía a determinadas horas del día, salías corriendo del cole para ir a sentarte al sillón -bocadillo en mano- y disfrutar de tu serie favorita mientras merendabas. Claro que entonces sólo unos poco privilegiados disponían de video juegos y esos sí que nada tenían que ver con los que existen actualmente. El comecocos era lo más salvaje de la época y consistía, básicamente, en tragarte todos los puntitos de colores y evitar al mismo tiempo ser devorado por uno de los fantasmas. Es cierto que uno no podía disponer del volante de Fernando Alonso para competir en los circuitos de Fórmula 1, pero tampoco tenía aspiraciones de convertirse en el matón de la clase o de liquidar -a base de disparos- a todo el que se le ponía delante. Eso sí, al fútbol jugábamos en campos de tierra y no con los mandos de una Play Station.