Restaurante Ramonita del chef Antonio Botana, del Grupo Nove, abre su cocina al público: «Ver, comer y disfrutar»

J.A. RIBADEO / LA VOZ

A MARIÑA

J.A.

«Ahora que hay debate con la quinta gama, queremos enseñar que nosotros todo lo elaboramos desde cero; 200 croquetas al día, empanadas... todo», dice el cocinero afincando en Ribadeo

05 nov 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

Restaurante Ramonita, el proyecto más personal del chef Antonio Botana (del Grupo Nove), en la calle San Francisco de Ribadeo, va a iniciar una nueva etapa este fin de semana con su reapertura tras una reforma que supone abrir la cocina al público, a los comensales que podrán ver trabajar en directo a Botana y su equipo y también comer a su lado, en el mostrador de la propia cocina. El establecimiento que lleva el nombre de la abuela del chef, en un homenaje que le tributó por ser con ella con quien tuvo el primer contacto con los fogones, lanza así una propuesta innovadora y que le otorga un plus de calidad.

«Esta fue una ilusión que tuve siempre de mostrar nuestra manera de cocinar. Es lo que persigo y el éxito de Ramonita estos últimos años me ha permitido conseguir la financiación para hacerlo, para renovar toda la cocina, ampliarla y demostrar a quien quiera verlo nuestra manera de trabajar. Con eso podemos introducir también el debate de la quinta gama, que está de actualidad», señala Antonio Botana.

La quinta gama son una línea de platos que ya están cocinados, preparados y envasados, listos para ser consumidos o que requieren solo un breve proceso de calentado final para servir.

Botana matiza que no está en contra de la quinta gama, pero sí defiende que se diferencie a los restaurantes que tienen quinta gama de los que no, mediante un distintivo que se podría poner a la puerta de los establecimientos para que el cliente sea consciente de en qué tipo de restaurante está entrando.

«No tenemos nada en contra de quinta gama, de hecho hay quinta gama muy buena. No buscamos eliminarla, porque además hay un montón de empresas y un sector económico muy relevante, que da mucho empleo, con la gastronomía presente, pero queremos que nos distingan. La reflexión no es en tono crítico o negativo, es para que se busque una diferenciación. Queremos demostrar que nuestras recetas, nuestros platos, los elaboramos desde cero. Ahora todo el mundo podrá venir, incluso comer en la propia barra (habrá espacio para cinco o seis comensales) y ver cómo hacemos 200 croquetas al día, cómo hacemos las empanadas, o todo lo que sale de la cocina, que sale desde cero. Eso por un lado, y por otro queremos enseñar todos los procesos y que la gente, venga, lo vea y disfrute, buscando la excelencia, tanto en la cocina como en el servicio», explica Botana.

La idea es abrir a las 12.00 horas y a partir de ese momento, «que quien quiera venir a vernos pueda hacerlo», señala el chef. Abrir las puertas de la cocina implicará también cambios en la forma de trabajar: «Claro, tenemos que ser conscientes de que no estamos en una cocina cerrada, sino en una cocina que quiere ser la protagonista del local y por eso hay que extremar mucho el cuidado en todos los detalles, el trabajo y en el momento en que la gente se ponga a comer en la barra, atenderla, responder a sus preguntas...».

A partir de este punto a Antonio Botana le surgen otros proyectos que tiene en mente para el futuro, como demostraciones o cursos de cocina en temporada: «En Navidad, por ejemplo, coger a ocho o diez personas que puedan estar allí sentadas y hacer un curso de esta cocina un poco más moderna, sin perder de vista nunca el producto y, por supuesto, la tradición. Son cosas que tenemos ganas de hacer desde hace años y que ahora vamos a tener la oportunidad».

«Fue un acierto abrir Ramonita en esta ubicación. Hacemos una cocina ecléctica, con lo que acertamos, porque no nos despegamos de ciertos platos que la gente demanda, sobre todo, en temporada, y podemos hacer también nuestra cocina. Conjugamos los dos conceptos para que Ramonita sea un éxito. No queremos abrir más locales, pero sí que este sea el mejor posible. Es una historia sencilla y familiar casi, y la perspectiva de llevar nuestra cocina a otros sitios, de momento es algo que no nos planteamos», concluye.