«Esto es un desastre; llovió mucho pero el problema aquí fueron los troncos y que no se limpia el río desde hace siglos»

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El ceramista Alfonso Otero, muy afectado, relata en Radio Voz cómo se vivió la riada en el barrio de Xunqueira, en Viveiro. Él fue quien avisó a los servicios de emergencia tras escuchar los gritos de la hija de la mujer fallecida

19 nov 2018 . Actualizado a las 13:23 h.

No logra contener el llanto cuando recuerda lo vivido esta noche en el barrio de Xunqueira, en Viveiro, la zona más afectada por la tromba de agua que anegó la localidad. El ceramista Alfonso Otero, dueño del Complejo Regal-Xunqueira, relata emocionado cómo se dio cuenta de la situación a la que hacían frente anoche sus vecinos cuando el agua comenzaba a inundar sus casas. Él fue el que avisó a los servicios de emergencia tras escuchar los gritos de la hija de Amparo Berdeal Camba, la mujer de 83 años fallecida a causa de la riada. «Sobre las 23.30 horas me levanté, miré el río y ya me di cuenta de cómo iba. Escuché gritos de "socorro", que eran de la hija de Amparo. Llamamos al teléfono de emergencia de la Xunta, al ayuntamiento y a la policía», aclara Alfonso antes de subrayar que «tardaron mucho en venir. A la hija (que presentaba síntomas de hipotermia) la sacaron por el tejado de la vivienda. El agua ya les llegaba a la primera planta».

El ceramista, que cuando habla con Radio Voz, lleva toda la noche sin dormir, afirma que hay vecinos que a primera ahora aún no habían podido salir de su casa. «De hecho, hay un vecino que a esta hora me está pidiendo ayuda; trataré de hablar ahora con su hija», aclara. Otero también pone el foco en la causa que, a su juicio, está detrás de la tragedia. Según su testimonio, la asociación de vecinos lleva años reclamando que se limpie el río Xunqueira, desbordado tras el aguacero. Según la primera hipótesis barajada, se formó una presa natural, con ramas de árboles y maleza, que al romperse arrasó con todo lo que tenía a su paso, algo que confirma el propio ceramista.

«Esto era un desastre. Llovió mucho, es verdad. Pero el problema aquí fueron los troncos de madera. Era impresionante. Cantidad de troncos... No limpian el río desde hace siglos y fue lo que provocó que se formase una especie de presa. La calle no era una calle, era un río inmenso. El agua hasta levantó el granito del suelo», sostiene. El ceramista aclara que la riada «tiró un edificio que está enfrente del taller y también nos derribó un muro de contención del siglo XVIII que bordea el río».

El afectado recuerda que es también dueño de dos apartamentos que se inundaron totalmente y a cuyos inquilinos tuvieron que sacar por la ventana para trasladarlos al piso superior. 

Mientras habla con Eva Millán en Radio Voz, Alfonso Otero explica en antena cómo es el panorama que afronta el barrio de Xunqueira a primera hora, cuando aún no se trasladaron al lugar los servicios de limpieza. «Todos los coches que estaban aparcados en la zona el agua los llevó hacia el río o hacia los terrenos. Hay muchos abandonados, rotos», constata en directo. También recuenta cómo son seis o siete las viviendas más afectadas. «En esta zona viven sobre todo gente mayor, jubilados», relata. 

Sin descanso, el ceramista afronta con consternación la jornada después de la riada. «Ahora toca limpiar, estamos comenzado a hacerlo», concluye.

Las imágenes que deja la riada en Viveiro