Jóvenes, mayores, personas sin estudios, universitarios, gente que vive en la calle, individuos con una buena posición social y económica...; el perfil del alcohólico lucense ha variado de manera notable en los últimos años. «Sigue habiendo más hombres que mujeres, pero cada vez hay más gente normalizada cultural y socialmente que tiene alcoholismo, y está aumentando el número de alcohólicos con problemas asociados a sustancias como la cocaína o el hachís», sostuvo la psicóloga de la Unidad Asistencial de Drogodependencias de Lugo, Ana Navia.
La UAD lucense -gestionada por Cruz Roja- es uno de los tres centros de tratamiento ambulatorio de drogodependencias financiados por el Sergas que existen en la provincia. Las otras dos unidades se ubican en Burela y Monforte. Además del área sanitaria del sur de la provincia, esta última cubre, por proximidad, la zona de Valdeorras. «Os enfermos chegan maioritariamente a través dos servizos sociais ou dos médicos de cabeceira», resaltó la trabajadora social de la UAD de Lugo, María Jesús Leiras.
Integran estos dispositivos profesionales de medicina, psiquiatría, psicología, trabajo y educación social, enfermería, farmacia, ATS, tiempo libre y administración, entre otros. Aunque no hay datos concluyentes sobre el número de enfermos, indican que el alcoholismo afecta a un porcentaje relativamente «alto» de la población. Hay dos tipos de alcohólicos: el que presenta dependencia -a diario- y el que abusa -realiza consumos abusivos puntuales, por ejemplo, el fin de semana-. Además operan colectivos como Alcohólicos Anónimos, en Lugo capital, y varias asociaciones de rehabilitación en A Mariña (Arama), Monforte (Amar) y Chantada (Achar).