Un pontevedrés instruye a los cuerpos afganos de seguridad

PONTEVEDRA

Xoaquín Cortizo Caamaño ha cambiado su destino en Tráfico para formar a la policía del convulso país asiático

09 jul 2008 . Actualizado a las 10:51 h.

La Brilat no es el único nexo entre Pontevedra y Afganistán. Desde marzo pasado, un guardia civil tiene clavada su particular pica en Flandes en el convulso país asiático instruyendo a los cuerpos de seguridad estatales.

Xoaquín Cortizo Caamaño, adscrito al subsector de Tráfico de Pontevedra como cabo primero de la Guardia Civil, se encuentra en la provincia de Badghis -a aproximadamente 150 kilómetros de la capital Kabul- como miembro del EUPOL, que, al amparo de las Naciones Unidas, se ocupa de formar a agentes de seguridad en países en vías de desarrollo. En definitiva, su objetivo no es otro que el de conseguir lograr que la policía afgana tenga una formación semejante a cualquiera de sus homólogas europeas.

Así, uno de sus cometidos es el de trasladar aquellas deficiencias que encuentre al Ministerio del Interior para encontrarles algún tipo de solución.

Bombero vigués

En este marco, una reciente inspección a la base de bomberos de Qala-i-Naw determinó las difíciles condiciones en las que se encuentran los efectivos: escasa formación y aún menos material adecuado. «Ni un garrafón de agua».

Para estas contingencias surgió la figura de un profesional de la lucha contraincendios de Vigo. Tras varias reuniones frustradas con oenegés y organizaciones internacionales, entre ellas las estadounidenses, Xoaquín contactó con José Antonio Torres y la organización Bomberos Sin Fronteras.

En este punto, Torres ayer resaltó que Bagdhis tiene una población creciente que ya ronda los ochenta mil habitantes, por lo que la presencia del servicio de bomberos es algo perentorio, tanto para la población civil como para dar cobertura a un pequeño aeródromo levantado por el Ejército.

De este modo, «lo que en principio iba a ser enviar unos extintores y un equipo mínimo, finalmente va a ser un camión de bomberos», precisó Torres. Este vehículo está actualmente operativo en Málaga pero va a ser sustituido por una máquina más moderna, circunstancia que ha propiciado que fuese donado a Bomberos Sin Fronteras.

Para su traslado, el Ejército español ha comprometido el uso de un Antonov con destino a Herat. Ahora queda por resolver la escolta que se precisará para llegar por tierra a su destino final: «Son solo 150 kilómetros de distancia, que se convierten en ocho o nueve horas de viaje por el estado de las carreteras».

Junto al camión, que estará plenamente equipado y transportará todo lo necesario para vestir adecuadamente al personal al que va destinado, está previsto que viajen tres bomberos y el propio José Antonio Torres. Durante cerca de un mes se ocuparán de dar un curso de formación al personal afgano.

De este modo, se dará respuesta a las necesidades más inmediatas para constituir en esta deprimida área de Asia un servicio de bomberos con las condiciones mínimas para estas operativo.