Los bancos centrales se remangan

mercedes mora REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

Volverán a regar el mercado de liquidez para evitar el colapso financiero y resucitar el crédito

01 dic 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

15 de septiembre del 2008. Nadie lo espera. Lehman Brothers, uno de los bancos de inversión más poderosos del mundo muerde el polvo. Los bancos centrales de uno y otro lado del Atlántico se emplean a fondo para facilitar al sistema toda la liquidez necesaria. Pero, la crisis financiera muta, seca los canales por los que fluye el crédito, y acaba convirtiéndose en otra gran recesión.

15 de septiembre del 2011. Tres años después de aquel lunes negro, con el mal de la deuda soberana extendiéndose como una mancha de aceite por la vieja Europa, y pese a las ingentes cantidades de dinero público inyectadas en sus venas, el sistema financiero sigue noqueado. Los principales bancos centrales del mundo se conjuran para pasar a la acción y evitar un nuevo colapso financiero. Deciden facilitar a la banca todos los dólares que precisen hasta final de año.

30 de noviembre del 2011. Dos meses y medio después de aquella intervención concertada y varias y «decisivas» cumbres europeas después, todo sigue igual. O peor. El tiempo apremia y lo único que ofrecen para llevarse a la boca los líderes de la eurozona son fiascos (el último la reunión del Eurogrupo de este martes). No queda otra que volver a remangarse.

El Banco Central Europeo, la Reserva Federal estadounidense, el Banco de Inglaterra y los bancos centrales de Japón, Canadá y Suiza dejaron claro ayer que están dispuestos a poner toda la carne en el asador para combatir la crisis de liquidez. Para empezar, pondrán a disposición de las entidades todos los fondos que precisen -la sequía es sobre todo de dólares- y a un coste más barato.

¿Cómo lo harán? Con lo que los expertos llaman swaps de liquidez entre bancos centrales. La palabra asusta, pero no es complicado de entender. Básicamente son líneas de financiación entre autoridades monetarias para que puedan prestarse una determinada cantidad de dinero entre ellas. No es un crédito. Es un intercambio de activos. Yo, BCE, te dejo euros y tú, Reserva Federal, me das dólares. Así, si un banco europeo precisa liquidez para atender un pago en dólares, yo, que solo puedo prestar euros, puede atender sus necesidades. Cuando expira el swap, tú me das mis euros y yo te devuelvo tus dólares. Y además ahora, los swaps son multidivisa y el interés que tengo que abonarte por el favor que me estás haciendo es la mitad que hasta ahora, con lo que yo también puedo cobrarle menos a mis bancos por la liquidez. Y así será hasta febrero del 2013.

El objetivo último: que el crédito, la savia del sistema capitalista, vuelva a fluir hacia empresas y familias. La única manera de mantener viva la economía, y el fantasma de la recesión, alejado. No es que se trate de la solución definitiva. Es una medida de alcance limitado. Pero, lo que han hecho los bancos centrales es enseñar los dientes. Dejar claro que están dispuestos a emplear todo los medios a su alcance para defender el territorio.

Más medidas

De hecho, los analistas dan por hecho que, detrás de esta, vendrán más medidas. Se especula incluso con otra rebaja de tipos por parte del BCE, que la semana que viene celebra consejo. Así lo creen los mercados, que ayer dispensaron un sonoro aplauso a la actuación de los bancos centrales. Las bolsas se dispararon y las primas de riesgo respiraron. En casa, el Ibex ganó un 3,96 % y la brecha con el bono alemán bajo de 400 puntos.

«[El objetivo] es mitigar la carencia de crédito de los hogares y las empresas»

Comunicado del BCE