El BCE complica la salida de la crisis

Mercedes Mora REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

Insinúa un alza de tipos en abril, un jarro de agua fría para el débil crecimiento español

04 mar 2011 . Actualizado a las 09:38 h.

Se veía venir, aunque, quizás, no tan pronto (los analistas lo esperaban para el otoño). El presidente del BCE, Jean Claude Trichet, arrojó ayer un jarro de agua fría sobre la renqueante recuperación económica de los países más débiles de la eurozona, entre ellos, España. «Una subida de los tipos de interés el próximo mes es posible, aunque no seguro», afirmó el hombre que dirige la política monetaria de los socios del euro. Sus palabras resultaron tan crípticas como siempre, pero los especialistas en desgranar sus frases lo tienen claro: a partir del mes que viene habrá que pagar más por el dinero. Posiblemente un cuarto de punto más porque el hombre cuyos discursos hay que leer entre líneas también dijo que «no sería apropiada una amplia subida».

La coletilla de «aunque, no seguro», dicen sus intérpretes, es solo una forma de cubrirse las espaldas por si el panorama cambia radicalmente. Algo que, a la vista de calentón del crudo, no parece muy probable.

La pista más fiable en la que se apoyan los expertos para vaticinar que el alza de tipos llegará cuando el consejo del BCE se reúna en abril es la beligerancia que demostró Trichet al hablar de la inflación. Y no es que los precios no sean una obsesión para el banquero, que lo son. Pero ayer se mostró especialmente duro. Garantizó que la institución ejercerá «una fuerte vigilancia» en este capítulo y que «actuará cuando sea necesario». Y, dentro de la escasa nitidez que imprime a sus palabras, nunca había sido tan explícito desde que movió por última vez el precio del dinero en mayo del 2009. «Nuestra principal responsabilidad es evitar efectos de segunda vuelta en la inflación. No podemos evitar el encarecimiento del petróleo, pero sí tomar medidas para que estos no se produzcan», dijo en referencia a la preocupación de la autoridad monetaria ante la posibilidad de que el encarecimiento del crudo se extienda a los productos que precisan energía y, desde ahí, al resto del tejido económico.

Entre principios de octubre del 2008 y mayo del 2009, el BCE rebajó los tipos de interés en 3,25 puntos porcentuales para estimular el crecimiento económico del área euro, que sufrió la peor recesión desde la Segunda Guerra Mundial. Ahora ese ciclo de mínimos históricos en el precio oficial del dinero parece haber tocado a su fin.

Y los analistas lo tienen claro, una subida pondría en riesgo el crecimiento económico, sobre todo, en países como España, donde este está todavía en mantillas. Con tipos más altos se reduce la renta de los hogares, que, para empezar, tendrán que pagar más por la hipoteca. Si hay menos dinero para gastar, el consumo se reduce y, con ello, los beneficios de las empresas, para las que la financiación también se encarece. En definitiva, que una caída de la demanda y de los beneficios empresariales pueden poner en riesgo el débil crecimiento de la economía española.

Previsiones

Con todo, el BCE revisó ayer al alza sus previsiones de crecimiento, tal y como hizo a principios de semana la Comisión Europea. Antes esperaba que el PIB de la zona euro avanzase entre un 0,7% y un 1,7%, y ahora cree que el aumento estará este año por encima del 1,3%. Para el año que viene, ha pasado de una horquilla de entre el 0,6 y el 2,8% a otra comprendida entre el 0,8 y el 2,8%. En cuanto a la inflación, si hasta el momento vaticinaba que acabaría el ejercicio en el un 1,1%, ahora calcula que llegará al 2,3%.