Epidemia furtiva en las rías gallegas

M. F. REDACCIÓN/LA VOZ.

ECONOMÍA

La llegada del verano y el repunte del consumo, unido a la apertura de algunas rías vetadas al marisqueo hasta el mes pasado, han disparado el marisqueo ilegal en Galicia

23 ago 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

El furtivismo es uno de los problemas más comunes del marisqueo en Galicia, un conflicto que en los últimos meses ha vuelto a saltar a la palestra y no como un caso aislado, sino como un mal del que las cofradías se lamentan en varias rías de la comunidad.

A CORUÑA

Ilegales reincidentes

La ría de O Burgo (A Coruña) está siendo uno de los puntos más calientes de la polémica furtivista de este verano. Tras varios años de estar considerada zona C (no disponible para el consumo de marisco en fresco), la Xunta devolvió la calificación B, de forma que los mariscadores podían volver al trabajo. Estos llevaban cobrando ayudas por la imposibilidad de faenar en la zona, y se negaron a volver al ritmo habitual de trabajo por considerar que todavía había un alto índice de vertidos contaminantes en las aguas. Los que no dudaron en recoger el marisco fueron los que no tenían permiso legal. Desde entonces, cada día que la marea lo permite se pueden ver decenas de personas recogiendo marisco furtivamente.

Tras ser levantados varios expedientes sancionadores y decomisar sus artilugios de pesca, los furtivos llegaron a encararse con la guardia costera y a continuar realizando sus operaciones ante los barcos y los helicópteros de los agentes de seguridad.

Nada ha cambiado desde entonces, y tras varias manifestaciones del colectivo gitano exigiendo una cooperativa propia que les permitiese faenar con legalidad y el intento fallido por parte del alcalde de reunirse con los mariscadores legales para acabar con su idea de que la zona sigue contaminada, el fin de este enfrentamiento parece no tener solución a corto plazo.

AROUSA

Casos aislados

Este verano, el furtivismo apenas ocupa espacio en la agenda de los patrones mayores de la zona sur de la ría de Arousa. Mariscadores ilegales, confiesan, «haberlos hailos», pero ni en cantidad desmesurada, ni en calidad de bandas organizadas dedicadas a esquilmar las concesiones de las cofradías. Benito González, patrón mayor de Cambados y presidente de la Federación Galega de pósitos, señala que la situación ha mejorado con respecto a otros años, y que los problemas que llegan hasta él son muy concretos. Se le han quejado, por ejemplo, desde la cofradía de A Illa, desde donde aseguran que en el banco de libre marisqueo de Cabío están trabajando a destajo buceadores que se llevan la almeja que debería medrar en la arena hasta que se abra el banco marisquero allá por el mes de octubre. También los isleños se han quejado de la presión a la que se están viendo sometidas sus concesiones lindantes con la zona de O Areoso, una paradisíaca lengua de arena que emerge del mar y que atrae cada verano centenares de embarcaciones cuyos ocupantes alteran, consciente o inconscientemente, el medio y en algunos casos dan rienda suelta a sus ganas de comer marisco recogiendo almejas con sus propias manos.

FERROL

Pesca de buceo ilegal

La ría de Ferrol es, tradicionalmente, uno de los principales focos de furtivismo en Galicia. Desde comienzos del presente ejercicio la Consellería do Mar ha desplegado en la zona una estrategia consistente en la ejecución de grandes redadas con numerosos efectivos tanto por mar como por tierra en las que el Servizo de Gardacostas colabora con otros cuerpos de seguridad del Estado.

De febrero a junio se realizaron diferentes operativos de estas características en las que se identificaron a abundantes ilegales incidiendo en una disminución de la esquilmación de los recursos -almeja, principalmente- en los bancos de a pie, como las ensenadas de A Malata o A Cabana. La contrapartida está en que se ha acentuado el denominado furtivismo submarino. En otras palabras, hay un grupo de alrededor de quince personas que se dedican a bucear durante el día para recoger en sacos el marisco resembrado en los fondos para su depuración biológica y, por las noches, van a recogerlos.

Desde la Cofradía de Ferrol se indicó la dificultad de frenar esta actividad, ya que los vigilantes del pósito solo pueden intervenir si encuentran a los buceadores con el marisco. Por este motivo, y para evitar estas prácticas, se le solicita a la Consellería do Mar que, además de las mencionadas redadas, haya una vigilancia más estable en la ría de Ferrol.

PONTEVEDRA

Mariscadores vigilantes

En la ría de Pontevedra el furtivismo apenas es un problema comparado con otras rías gallegas. Las cofradías del fondo de la ría, donde se encuentran los principales bancos marisqueros, impiden a los bañistas recoger almejas, berberechos o navajas. Estos bancos están vigilados por las propias mariscadoras de tres cofradías, que se turnan para controlar los arenales.

RIBEIRA

Tres toneladas de bivalvos

No está siendo un verano nada fácil para la cofradía de Cabo de Cruz (Boiro). Y es que el buen tiempo está provocando auténticas avalanchas de bañistas a las playas de la localidad, algunos de los cuales se dedican única y exclusivamente a llevarse marisco. Las noches también son muy movidas debido a la gran cantidad de furtivos que acuden a los bancos naturales para robar bivalvo.

Fuentes de la entidad marinera calculan que desde primeros del mes de julio, los mariscadores ilegales se han llevado unas tres toneladas de berberechos y almejas, una cantidad muy respetable a pesar del férreo marcaje de los mariscadores que todos los días patean los arenales para impedir que les cojan el bivalvo.

El pósito organiza todas las jornadas turnos de vigilancia de cuarenta personas con la finalidad de disuadir a los bañistas para que se abstengan de hacerse con el molusco. Aunque la mayoría de las veces la gente devuelve las piezas al mar, en otras ocasiones tienen que llamar a la Guardia Civil para que los obligue a dejarlas en el agua.