Repitiendo el guión que el Gobierno de Zapatero ha utilizado en los últimos meses, la ministra de Economía socialista, Elena Salgado, volvió a defender ayer ante el Fondo Monetario Internacional (FMI) la prudencia de la banca española frente a la crisis. La ministra aseguró en Washington, con motivo de la reunión de primavera del FMI y el Banco Mundial, que a pesar de que el sistema bancario español es fuerte y estable, el Gobierno «continuará vigilante para evitar cualquier imprevisto», sin descartar «nuevas medidas económicas si fueran necesarias». Respecto a la restructuración del FMI, Salgado aseguró que apoyará una renovación urgente del sistema de votos.
España es uno de los países que más podrían beneficiarse de un nuevo reparto, una idea que también defienden China, India o Brasil. Otro punto de debate es la financión del FMI, ya que EE.?UU. y Europa defienden que el dinero que se debe prestar a la institución no debería rebasar el trillón de dólares en préstamos, otros como China han pedido una ampliación.
Incidente con Brasil
La delegación española sufría ayer un apuro después de que el ministro brasileño de Finanzas asegurara que «España no debería estar en estas reuniones del G-20, ya que no forma parte de este grupo». Después rectificó.