El primer ministro británico, Gordon Brown, defendió ayer la nacionalización del Northern Rock como «la mejor manera de defender los intereses de los contribuyentes». En una rueda de prensa conjunta con el ministro de Economía, Alistair Darling, y en respuesta a las fuertes críticas recibidas desde la oposición, Brown aseguró que el país podrá lograr beneficios en el futuro con la reventa del banco a los inversores privados. «Cuando pase la actual inestabilidad de los mercados, el Estado venderá Northern Rock tan pronto como sea posible», afirmó. «De haber aceptado ahora alguna de las dos ofertas existentes [la del Grupo Virgin y la de la actual dirección], que implicaban subsidios públicos, los contribuyentes no se habrán beneficiado de las potenciales ganancias», añadió Brown.
El primer ministro británico también salió al paso de las acusaciones vertidas contra él por los accionistas de la entidad, que han amenazado con llevar a cabo acciones judiciales contra la nacionalización: «Si el Gobierno no hubiera intervenido en septiembre del 2007, el banco se hubiera ido a la quiebra».
Darling, por su parte, aclaró que árbitros independientes van a valorar el Northern Rock para determinar el precio que hay que pagar a los accionistas. No obstante, les dio pocas esperanzas de recuperar totalmente su inversión al insistir en que el banco «se habría colapsado» sin la inyección de fondos del Banco de Inglaterra.
Mientras tanto, el nuevo presidente de la entidad, Ron Sandler, elegido por el Gobierno británico para reflotarla antes de su reventa, auguró ayer que permanecerá en manos públicas «claramente varios años». Sandler indicó que, aunque aún no ha tenido tiempo de trazar sus propios planes, los estudios financieros realizados prevén un período de años para poder devolver los préstamos al Estado.
Northern Rock, con sede en Newcastle (noreste), fue rescatado por el Banco de Inglaterra el pasado septiembre, con una deuda de 24.000 millones de libras (unos 32.000 millones de euros), para evitar su quiebra a raíz de la crisis crediticia global. Actualmente, se calcula que el contribuyente británico lo está subsidiando con créditos y garantías por valor de unos 55.000 millones de libras. Según los analistas, con la nacionalización, dado el elevado pasivo actual del banco, la factura para el erario público puede ascender a 110.000 millones de libras.
Bruselas