Curso de ciencia política en Abegondo

A CORUÑA

16 mar 2009 . Actualizado a las 12:07 h.

El ruido de sables en Abegondo se puede testar en su bares y en sus restaurantes. En ellos, como apunta la restauradora Cristina Boga, no se habla ya de fútbol ni de crisis, que la hay. Se habla de política. Pero la cosa no va de Rajoy ni Zapateros, ni de Feijoos ni post-Touriños. Es el triunfo de la micropolítica. Cuando en lugares como Abegondo se habla de estas cosas y no de la subida del precio de la luz es que huele a moción de censura, o similar. Los vecinos están haciendo un auténtico máster en ciencia política...

Las alcaldías, por pequeñas que sean, son, misteriosamente, muy golosas. Aunque, a decir verdad, Abegondo no es pequeño: su población ha mermado de 9.000 a 6.000 almas en setenta años, pero mantiene la misma superficie que antaño: casi el triple que el Ayuntamiento de A Coruña. Mucho suelo.

Hagamos historia: desde 1995, el popular José Antonio Santiso arrasó en todas los comicios locales y consiguió gobernar con mayoría absoluta hasta que, poco antes de las autonómicas del 2005, Fraga le encomendó la cartera de Agricultura. Santiso aceptó y abdicó en su número 3, Juan José Rocha. Con la debacle del PP en las autonómicas y la pérdida de la consellería por parte de Santiso, Rocha no aceptó el regreso de este a la arena municipal. En el 2007, la escisión de Rocha concurrió a las municipales como Agrupación Progresista de Abegondo. Logró 4 ediles, por seis del PP, pero retuvo la alcaldía con el apoyo de dos nacionalistas y de un socialista, hasta ese momento desconocido incluso para muchos vecinos de Abegondo.

La campaña electoral de las últimas autonómicas reflejó el peculiar desencuentro entre los líderes de los partidos más votados: mientras Santiso acudía al mitin que Feijoo dio en Abegondo, Rocha fue poco después al que el líder popular ofreció en Betanzos. Quizás ambos buscaban un guiño... El caso Rocha-Santiso mezcla ya el enfrentamiento político y el personal. Pierde Abegondo.

¿Y Fernández? El edil socialista, apoyado por 328 vecinos, menos del diez por ciento de los que votaron en las municipales del 2007, tiene ahora en su mano la llave de mando. Tras dimitir del grupo de gobierno, parece que esa llave se la dará al PP. Él mismo confesó en La Voz que «todo es negociable». ¿De verdad que todo es negociable?

Fernández, que ha denunciado la actitud «vejatoria y desconsiderada» que Rocha ha tenido hacia él, está a punto de convertirse en el nuevo José Luis Santamaría de la comarca. El médico de Sada también propició la caída de un gobierno local y el regreso a la alcaldía del histórico Ramón Rodríguez Ares. En fin: los ojeadores socialistas de la comarca, y por extensión de la provincia, no tienen precio. Ni cara: nadie asumirá un error que puede dejar a sus siglas ante una nueva travesía del desierto. La confianza primero hay que ganársela. Después, hay que regarla para que no se marchite.

El miércoles habrá otra entrega del culebrón Abegondo, con un pleno en el que Santiso espera la dimisión de Rocha. Todos mirarán al banco de Fernández. A nadie le preocupará el fútbol ni la crisis. ¿Puro morbo? Quizás. Ahí se jugará parte del futuro político de Abegondo. ¿Y los problemas reales de los vecinos, con la metrópoli a media hora en coche -por no hablar del autobús- y su plan general de urbanismo en trámites eternos? Bueno, esos parece que, por ahora, pueden esperar...