Más de diez casas y alpendres han ardido este año en la Costa da Morte

L. López

CARBALLO

17 mar 2008 . Actualizado a las 02:00 h.

Los incendios se cebaron en los últimos meses con casas, alpendres y cuadras, especialmente, en las comarcas de Bergantiños, Soneira y Fisterra. Solo en lo que va de año se han registrado al menos trece fuegos de estas características. Cee, A Laracha, Muxía y Zas fueron los municipios más castigados por este tipo de incidentes, la mayoría de ellas provocados por cortocircuitos.

El 2008 comenzó con el recuerdo muy cercano del incendio en una vivienda de Borneiro, en Cabana, ocurrido el 27 de diciembre. Una familia se quedaba sin nada a causa de un fuego que se había iniciado a partir de la chimenea con la que los dos hermanos que moraban en el lugar calentaban la casa. Lo perdieron todo, desde los muebles hasta los documentos o las fotos familiares.

El primer suceso del año se registró el día 3 en un alpendre de la parroquia vimiancesa de Bamiro. Las llamas afectaron a una máquina segadora y a varias pacas de hierba que estaban guardadas dentro del establo. El propietario de las instalaciones declaraba unos días después que sospechaba que el fuego había sido intencionado.

Otro alpendre desaparecía devorado por las llamas el día 16 en el lugar de Mourelle, en Santa Comba. Se originó en un cuadro eléctrico situado encima de un depósito de gasoil.

En Langueirón, en la parroquia de San Martiño de Meanos, en Zas, ardió otro alpendre el 22 de enero. La primera hipótesis fue que las llamas se iniciaron en la chimenea y se propagaron con facilidad al estar rodeada de pacas de hierba. Ese mismo día, en la parroquia ceense de Brens, prendió fuego en la campana extractora de la cocina de una vivienda cuando empezaron a cocinar, debido a los aceites y grasas que se habían acumulado.

Cinco días después, un incendio quemó una cuadra en el lugar de Viseo, en la parroquia muxiana de Morquintián. En el recinto había una docena de ovejas que pudieron se evacuadas a tiempo, aunque ardió buena parte de la estructura por el material combustible acumulado, sobre todo paja.

El día 31, un nuevo incendio causó graves daños en un alpendre de Zas. Ocurrió en el lugar de Maxín, en la parroquia de San Martiño de Meanos.

En Paiosaco (A Laracha) también desapareció, pasto de las llamas, el desván de una casa situada en el Campo da Feria. Según los primeros indicios, la chispa que desencadenó el suceso saltó en la chimenea. Ocurrió el 3 de febrero. Apenas diez días más tarde, el fuego volvía al municipio de A Laracha, con el incendio de un alpendre en el lugar de O Casal do Monte, en la parroquia de Coiro. Los bomberos necesitaron tres horas para controlarlo. El tejado quedó destrozado y el fuego se propagó con rapidez debido a la abundancia de paja y heno.

Uno de los últimos percances de este tipo ocurrió en Camelle, en el municipio de Camariñas, probablemente a causa de un cortocircuito. Las llamas destruyeron por completo una casa de piedra y madera que estaba deshabitada, y cuyo tejado se derrumbó por completo.

Los incendios en pequeños y grandes negocios también han sido frecuentes en lo que va de año. El 9 de enero, el bar 91 de Muxía sufrió desperfectos por un fuego que se inició en la parte trasera del televisor, que estaba adosado a una de las paredes exteriores del local. Los primeros indicios apuntaron a un cortocircuito, relacionado con la humedad en el aparato.

El 26 de febrero, un pequeño incendio en una obra de la calle Colombia de Carballo sembró la alarma entre los vecinos. El fuego estuvo motivado por la quema de unos escombros que había en el lugar, situado entre dos edificios.

La empresa Suministros Lar, de Cee, también fue víctima de un fuego, que se inició en un cuadro eléctrico. Parte del material que estaba almacenado en la nave se vio afectado.

El último caso

El último incendio registrado hasta ahora se declaró ayer, alrededor de las cuatro de la tarde, en una casa de Cores (Ponteceso) que sus propietarios utilizan para pasar los fines de semana. Al parecer, la familia estaba cocinando cuando el fuego prendió en la placa, que es de madera y está muy deteriorada, lo que contribuyó a su propagación. Cuando llegaron los bomberos de Carballo ya no había llamas, pero la brigada examinó el tejado y recomendó a los usuarios de la vivienda que no la utilizasen este fin de semana.