El Celta jugó ayer media hora espectacular. En los primeros treinta minutos el Celta le dio un baño a un Tenerife que parecía adormilado y los dos goles pudieron ser más.
Automatismos
Los jugadores tienen muy asimilados los movimientos que quiere Eusebio con el balón. El equipo ha generado unos automatismos que cada vez se reflejan más a menudo en el juego del equipo, y cuando le salen las cosas la apuesta del técnico celeste es muy vistosa para el espectador.
Con buenos desmarques, pases cortos, paredes y la calidad individual de futbolistas como Iago Aspas y Dani Abalo, el Celta consigue aproximarse con peligro al área rival. El primer gol resume lo que fue el juego céltico, con una jugada rapidísima al primer toque en el que participaron todos los jugadores de ataque del equipo vigués.
Con ocho canteranos
Y este fútbol prometedor se realizó con siete jugadores gallegos y un total de ocho canteranos si se incluye a Michu. Es la prueba de que para jugar bien al fútbol no hace falta ir a buscar medianías en el mercado nacional o internacional. La clave está en darle confianza a los jugadores de casa que poseen cualidades y que tengan continuidad para que puedan explotar sus virtudes sin urgencias.
Presión y recuperación
Una de las claves para esa media maravillosa, además de tener las ideas claras con la pelota en los pies, estuvo en la presión en todo el campo que supo aplicar el equipo. Desde la primera línea ya dificultaban a los isleños que sacasen el balón desde atrás con comodidad, lo que provocó que los celestes recuperasen continuamente la posesión, que es fundamental para poder atacar. Este esfuerzo fue haciendo mella y en la segunda parte, con el Tenerife más metido, se notó.